Dicho esto, es interesante analizar un par de encuentros con Los Vengadores, el supergrupo digamos oficial de Marvel, y, por tanto, de estructura institucionalizada. En The Avengers #221 (julio, 1982) se producen dos altas en el equipo de superhéroes. Las rotaciones y recambios han sido siempre parte de la gracia de la serie, pero en esta ocasión el tebeo reproduce el trámite burocrático de la autorización gubernamental, que se inicia con una llmada de Jarvis (mucho más que un criado) y finaliza con una autorización presidencial pública y oficial. Les dejo con la secuencia y continuamos.
Diez números más tarde, en The Avengers #231 (mayo, 1983), la aparición de Reagan no es un cameo presidencialista sino que forma parte de la misma aventura. Todo se inicia con el jefe de estado de visita a SHIELD, la superagencia de espionaje gubernamental del Universo Marvel dirigida por el Coronel Furia. Es obvio que SHIELD resulta muy interesante por sí misma para los aficionados al pOp y sus lazos con la Sociedad Borderline (¡es la División Internacional para la Ejecución y cumplimiento de la Ley!), pero mejor dejarlo apuntado para el futuro ya que estos días toca hablar de presidentes.
Como ven el pase de revista a las tropas de la División Internacional para la Ejecución y cumplimiento de la Ley resulta una encerrona, cosa que deja a su director en mal lugar (en realidad resulta muy splastick, como cuando el Superintendente Chalmers visita la escuela de Springfield acompañado del director Skinner).
Como ven se trata de un secuestro (es una historia de criaturas planta metamorfas, pero eso no debe despistarnos) (si, una vez dicho es difícil no volver la vista atrás y repetir como un mantra pOp "criaturas planta metamorfas que secuestran presidentes y piden rescate por ellos", pero insisto). El rescate ascience a mil millones de dólares.
Ya lo han leído: "El presupuesto federal no soportará una sangrí así". Lo dice el mismísimo presidente y es tremendamente coherente con la política de reducción del sector público y reducción de impuestos bautizada como reagonomics. El presupuesto, para Reagan, era importante. Según los tebeos más importante que su vida.
He incluido esta secuencia de viñetas porque, ya que antes hemos visto la burocracia para autorizar nuevos miembros del equipo, ahora la presenciamos invertida: un código secreto dicho por Furia inicia el protocolo para solicitar la ayuda de Los Vengadores. Y mejor, de nuevo, no reparar demasiado en el código secreto en sí: "Malas noticias, Pete".
Unas páginas más adelante La Capitana Marvel II, heroína que se mueve a la velocidad de la luz, visita a los secuestrados. Como ven, el presidente está echándose una siestecilla.
Y, de hecho, no despertará hasta que la cosa ya esté resuelta. Esta broma es muy acorde con la imagen popular que disfrutó Reagan en su país, una imagen de presidente campechano que no suponía un descrédito de su validez política. Al menos para sus votantes.
Y llegamos al final, en la que Furia pide excusas al jefe supremo, pero éste no da demasiada importancia al incidente y promete ampliar el presupuesto de la Agencia de Espionaje para aumentar su seguridad. ¡Un momento! ¿No decíamos que para Reagan el presupuesto era más importante que su vida? Sí, pero las reagonomics se basaban en rebajar impuestos, gasto social e inflación. Los gastos en defensa de defensa, en cambio, debían aumentar. En su delirio pOp, este encuentro con Los Vengadores resulta de lo más coherente con el contexto político-económico de la Era Reagan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario