Tengo una preguntita sobre mi categoría (cultura), resulta que hay un blog que va primero, que se llama El Blog Ausente, y que no entiendo como con 24 lectores, una cantidad de visitas aparentemente mediocre, un diseño desordenado e incluso con graves errores y con un contenido extraño, puede ir primero en los premios Bitacoras y va camino de conseguir lo mismo en los premios 20minutos... ¡Que alguien me lo explique!Se lo pregunta, quizá con razón, el responsable de ArteCG en este foro.
Es una buena pregunta, que además me permite hablar del Blog Ausente (tema en el que soy reputado especialista), alimentar a Pantagruelego, presentarme ante las (relativamente pocas) visitas que llegan desde estos concursos y dar la brasa, una vez más, a mis 24 lectores con un tipo de entrada que estoy seguro odian: están aquí para ver estampas de la bomba atómica y el apocalipsis de la sociedad borderline. Creo, pero, que hacia la mitad digo alguna cosa interesante
Antes que nada, quiero puntualizar que esto no es un ataque ni nada por el estilo. Creo que el autor del comentario es sincero y sólo expresa sopresa ante lo que para el se sale de la norma. Y he creído bueno explicar alguna cosa, aunque para responder a la cuestión principal planteada no soy el más indicado. Yo no me voto, son los seguidores de este rincón quienes lo hacen, cosa que obviamente me encanta y que he fomentado con un mensaje semanal cuando descubrí que de partida estaba en un lugar privilegiado. Pero sólo ellos pueden explicar por qué han perdido algunos minutos en votarme (y es de suponer que algunos más visitando la virtual Mansión Ausente).
De todas formas, sobre algunas cosas de las comentadas por mi digno (insisto en ello) rival sí tengo una opinión (o posible explicación) formada, que no está mal dejar por escrito. De vez en cuando no está mal reflexionar al respecto.
«Un diseño desordenado e incluso con graves errores».
Cierto. Muy cierto. Pillé una plantilla de blogger hace ya más de cuatro años y tiré para adelante. El diseño es penoso, la optimización para todo tipo de navegadores y resoluciones negligente y el acceso a contenidos del pasado difícil si no es habitual de la casa y no se sabe qué buscar. Tengo dos explicaciones, o excusas, al respecto.
La primera es la falta de tiempo. Antepongo tanto los contenidos que descuido el diseño mucho más de lo deseable. Y se me hace cuesta arriba dedicar unas horas a reordenarlo todo un poco. Me lo propongo, como el dejar de fumar, pero nunca lo hago.
La segunda explicación es más o menos voluntaria: tomo como uno de mis referentes principales los fanzines autoeditados. Punk grapado y mecanografiado de cualquier manera. Comento y muestro cosas que me parezcan bonitas en un marco de fealdad y caos. Me parece una opción válida. No creo que nadie esté apoyando este blog por su diseño, aunque no niego que a estas alturas algunos le encuentren ya cierto atractivo. Tómese lo dicho, y a tenor de los resultados, como señal de que a veces el diseño no es lo más importante. El diseño sólo es un medio (a no ser que sea el fin); en mi caso opto por el negro sobre blanco con tachones. Agradeceré, como siempre, cualquier referencia concreta a los graves errores de segura existencia, por si hay algo que pueda mejorar en un plis plás. Si no, va a ser difícil.
«Con 24 lectores».
Se refiere a los suscritos a los feeds en feedburner. Es cierto que por alguna razón (casi no he vuelto a entrar en mi cuenta tras convertirlo en mi gestor de feeds) se producen altibajos en ese contador, pero vamos, en las puntas apenas triplica esa cantidad. Puestos a buscar respuesta lo suyo es siempre la más sencilla: la mayoría de los que visitan esto con regularidad no utilizan servicios de suscripción. Yo prefiero tomármelo con mi habitual optimismo: parte de los que me frecuentan no son lectores habituales de blogs, no tienen uno y/o están al margen de las tendecias de la egoesfera, cosa que me llena de alegría. Otros medidores de pollas, como el pagerank de Google o la authority de Technorati arrojan resultados más favorables que me siguen pareciendo exagerados para el tipo de blog que hago.
«Una cantidad de visitas aparentemente mediocre».
Es posible que sean cuantitativamente mediocres. No sé cual es la frontera numérica en la que se deja de ser cuantitativamente mediocre, pero a mí me resultan elevadas (y en parte inexplicables) cuando las comparo con otros blogs afines, muchos de ellos merecedores de mayor éxito que este.
De todas formas, creo que debo darle la vuelta al calcetín: los lectores que me visitan son cualitativamente todo lo contrario a mediocres. Si de algo puedo vanagloriarme es de tener seguidores de lujo. Y no me refiero a personas que aún hoy me sorprende que se den una vuelta por aquí de vez en cuando, no, sino a ese núcleo duro (que me es imposible cuantificar) que por alguna razón son fans entregados, cosa que obviamente me congratula. Me siento muy querido por mucha gente y eso no tiene precio. A menudo me elogian con desmesura y lo aplauden todo, pero yo me dejo hacer porque el ego es débil.
De hecho, por tener, tengo el troll residente más atípico y simpático de la blogosfera, aunque el objeto de sus reiterados ataques sea Amenábar y no mi persona (ataques que alguna vez me veo obligado a borrar por decoro).
«Con un contenido extraño».
Ese es el mayor piropo que se me pueda hacer, así que lo agradezco. Y probablemente sea parte de la explicación requerida. Toda pregunta lleva implícita la respuesta. Extraño es sinónimo de diferente, y eso es algo que pretendo día a día: que los contenidos del Blog Ausente sean, en la medida de lo posible, propios. Cosas que uno no pueda ver o leer en ningún otro sitio. Es cierto que las Aleluyas de King Kong de 1933 (por poner una entrada reciente de la que me siento orgulloso) no las he hecho yo, pero sí que las he localizado, escaneado y publicado. Las he rescatado del olvido para asombrar a mis lectores habituales. Me gusta pensar (y jugar) con el hecho de que quien entre aquí lo haga con la esperanza de encontrar lo inesperado. El asombro y el sentido de la maravilla de los que están al otro lado es un objetivo que creo conseguir de vez en cuando, y eso no tiene precio ni se paga con votos, pero a falta de otra cosa...
En realidad, tambien me gusta pensar en términos de desafio. Existe otra blogoesfera (horrible palabro) más allá de las castas, los metablogs, las redes sociales, la endogamia y el humo. Existen Los Invisibles en forma de agrupación caótica (Morrison manda) de blogs pajeros y contraculturales, adictos a la subcultura y generosa en pensamientos y reflexiones brillantes. Gente que repite "Jorgito, Juanito y Jaimito" antes de darle al teclado porque saben que es un sortilegio infalible. Y me gusta pensar que formo parte de esa sociedad (bizacoril) al mismo tiempo que la traiciono al reivindicarla públicamente; y ya de paso dejo que mi ego se desboque un poco (es como un caballo, el cabrón), aunque suponga exponerme demasiado, como escribieron una vez con parte de razón.
Soy consciente de que El Blog Ausente (a estas alturas indivisible a mi persona) y su (siempre relativo) éxito puede despistar al visitante casual. Es un blog de largo recorrido, con determinadas claves y pautas que dan sentido a un TODO, aunque para detectarlas no basta con una primera vez (bueno, los hay que conectan a la primera), también depende de mi inspiración de esa semana, que aquí se funciona con rachas. Lo más sorprendente de todo es que hace ahora cuatro años publiqué una especie de manifiesto, la sociedad borderline, que sigue más o menos vigente a día de hoy.
Y en eso estamos. Felices y contentos en tiempos de crisis haciendo arqueología pop con zombis, la bomba atómica, reliquias pulp, incorrecciones varias, el nuevo orden mundial y el apocalipsis.
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