Me gustó mucho el primer número de El Manglar, revista de historieta e ilustración (como reza en su portada) editada por Dibbuks. Este año se llevó el premio a Mejor Revista en el Saló del Còmic de Barcelona. Diría que merecidamente si no fuera una hipocresía por mi parte: tras el buen sabor que me dejó ese número uno (que, además, leí en un hospital y sirvió para evadirme de ingratos sucesos) no seguí comprándolo. Últimamente tengo problemas con las cadencias regulares y ahí está la explicación. Dejé escapar el segundo, luego no me pillé el tercero, se me hizo la bola de atrasos y ahí se quedó. Por eso titulo estas letras como acto de contricción, porque nunca es tarde para arrepentirse y corregir un error. Verán: a través de diversos blogs comencé a intuir que el séptimo número, que anunciaba una cierta renovación, se prometía muy interesante y lo anoté como compra que no iba a dejar escapar. Luego, justo cuando lo tenía claro, un aviso (al final les cuento) hacía la compra indispensable por mi parte, pero que conste que ya lo tenía claro, en serio.
Me ha gustado mucho este número 7; y sepan que no hay continuarás ni hostias, que todo es autoconclusivo, así que pueden probar sin miedo. No sé si acierto o no, pero veo una unidad estética evidente, un algo que da criterio y empaque, y eso que reúne un estupendo puñado de autores españoles, unos de aquí y unos de allá, que no tienen porqué consumar un algo generacional, o yo qué sé. Y a eso hay que sumar aportaciones francesas: un par de lo que yo llamo esfarismos (pero que se leen con interés, ojo: lo de los bebés-hachís es buena prueba) y unos invitados de excepción: Dupuy y Barberian destilando en Bienvenidos a Bobolandia una mala leche que no encuentra cobijo en Señor Jean. Pero lo cierto es que la parte nacional es francamente estupenda.
En esta entrada del blog de Manuel Bartual (co-responsable junto a Ricardo Esteban de la publicación) se hace un recorrido detallado por los contenidos y pueden constatar así la excelencia gráfica (la otra, la narrativa, se la constato yo). No me gustaría ponerme pesado con Jorge Parras o elfelix, o con Paco Alcázar (que ES siempre lectura imprescindible), pero si me piden que destaque tres, y sólo tres, cosas que justifiquen la compra, ahí van: Uno. Tu me has matado, la historieta de David Sanchez (sale una secta de perfidos encapuchados de rojo). Dos. La entrega de El vecino de Santiago García y Pepo Pérez, donde se juega con mucho acierto con el formato de tira diaria y la plancha dominical y con el costumbrismo y lo superheroico. Tres. Agencia de Simultaneidad de Víctor Santos y Juan Berrio, fruto de un experimento que se estrena en este número, La Extraña Pareja, que consiste en unir a un par de autores de universos dispares. Aquí el resultado es excelente.
Otra sección que se estrena es A Machete, una especie de diario comiquero a cargo de John Tones, rebosante del descaro habitual del artífice del Focoblog, que eso es algo que a una sección de opinión le sienta la mar de bien. Otra cosa es que incluya la que es posiblemente la loa más grande que se ha escrito sobre esta casa y mi trabajo. Debajo lo dejo. Y sí, Tones es amigo, pero lo mejor no es la exponencial multiplicación de mi ego que supone su texto, sino que me usa de ejemplo para algo con lo que estoy del todo de acuerdo: la especialización de lo no especializado.
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