«Una reducida y extraña prisión de mujeres jovencitas, que más parece hotel de recreo que establecimiento penitenciario, es regentado por una serie de doctores que utilizan a las reclusas en sus infames experimentos, encaminados a prolongar sus vidas desde el siglo XVIII nada menos. La culpa de todo, se va descubriendo, se remonta al Conde de Saint Germain, inventor de una máquina capaz de chupar la energía de las muchachas metiéndolas en una bañera, y traspasarla al vampiro psíquico de turno que ve como su existencia dura centurias. Lo malo es que con el tiempo hay que aumentar las dosis, y al final ya no funciona y terminas por convertirte en piedra, como los yonquis.»El Abuelito reseña de The man who turned to stone, película cuya existencia desconocía pero cuya historia me enamora cosa mala.
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