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12.2.08

EL FOSO EN MI OMBLIGO



A menudo miro la columna de la izquierda del blog, la llamada sidebar, y me digo que menudo caos y falta de actualización. Hace unos días alguien comentaba que acceder a algunos archivos es tarea titánica y decepcionante, y es cierto. Además, medio blog sigue sin etiquetar. A mí es que me puede mi adicción a postear y voy dejando de lado ordenar lo hecho. Así que igual y el tiempo de hoy lo dedico a eso. O no, porque ahora que he empezado a largar seguro que me explayo y luego me aguarda continuar el análisis del sexto episodio de Misión Imposible, que a penas lo tengo a medias y su publicación en Elitevisión es relativamente inminente. Que no me debo despistar, vamos. En fin, que ando bastante liado y así seguirá unos días, pero nada grave, no teman. Eso sí, lo de que pueda ver y comentar Cloverfield, como me piden algunos, está un poco complicado. Sería injusto ir al cine y verla sin doña absenta, y tampoco estoy dispuesto a hacerlo con un screener (invalida toda opinión) o doblada. A cambio, deberán conformarse con un bello ejemplo de kongplotación de serie zeta a poco que pueda encontrar un hueco. El Dr. Repronto estuvo por casa el viernes. Cuatro horas que pasaron demasiado veloces, como aquella escena del sofá y la muñeca en el cogote de Arrebato. Estuvimos seleccionando y recortando escenas de productos audiovisuales dispares, ya se pueden imaginar. Es genial todo lo que la era digital ha puesto a nuestra disposición, y veo que la apuesta por el plano fijo y el monitor a la espalda es realmente el gran reto de las Reflexiones, lo que implica mayor trabajo. Con lo fácil que serían un par de planos del careto y, ala, montaje cutre y voz en off. Ahí está, pues, un elemento de pericia técnica invisible y retro. Ole sus huevos. Ver a don Raúl sacando su libreta y anotando cualquier necedad que sale de mi boca se ha convertido ya en una imagen con la que bromear. Pero poca broma, que a los dos días recibo un correo suyo en el que aquella necedad ha sido vitaminada hasta lo impensable, ha sido dotada de introducción, nudo y desenlace. Y yo me maravillo y pienso que es un genio pero también froto mis uñas en el jersey, risrís, a la altura del corazón, de arriba abajo un par de veces, como el listillo repelente que soy (ni siquiera en el fondo, sino en la superficie). Lo hago porque me pide un yo qué sé y yo escarbo en mi visualteca y se lo saco a la primera. Por algo soy el chupacintas. Y luego veo que Fruno ha decidido otorgarme un viral premio Arte y Pico, cosa que agradezco pero no propago porque soy un soso. Argumenta el galardón virtual con lo que sigue:
es el timonel de la burrosfera le guste o no, nos descubre montones de cosas, da cobijo a los fans de El Pantera, por su encomiable tesón y porque el día que presente un magazine bizarro en Cuatro quiero que me contrate como tramoyista, por pelota.
Mi particular troll levanta pasiones encontradas. A mi me enternece cuando reclama boxeo, panteras o blaxploitations, pero alguna de sus múltiples facetas resulta algo cansina, con tanto Amenábar, tanta puta y tanto Martínez el Facha. Aunque por otro lado, como troll resulta un lujo y hay que reconocer su constancia, que lleva mucho entre nosotros y el tío sigue generando su muy particular diálogo para besugos en los comentarios de entradas ya añejas de este Blog Ausente. Por cierto, volviendo a Fruno, luego, en los comentarios de su propia entrada carga sobre mis espaldas la responsabilidad del timonel de la burrosfera y me dice
a ver si le das a alguno que yo me sé un trompazo con la botavara a la que se despista, o haces pasar por la quilla a un par de posmogrumetes, porque hay cosas que no pueden ser, y la culpa en el fondo es tuya.
Y yo pienso que cada palo aguante su vela y la mía arde bien y se sujeta grácil. No es la primera vez que me achacan un no se qué. A mi ombliguismo ya le gusta, y ese atribuirme la luz del faro para la unidad del destino,pero digo no. Que cada cuál haga lo que le venga en gana y asuma lo que tenga que asumir por ello, pero a mí que me dejen tranquilo con mis cositas. Que no respondo de nada, ni siquiera de lo mío. Yo propugno, ante la hola de nihilismo que nos sacude, el laissez faire. Que yo lo que de verdad quiero es ser un irresponsable y no puedo. Que yo lo que quiero es leer por ahí que soy
"muy bizaro, pero escribe muy bien, documenta todo lo que expone, sus análisis son amenos sin perder rigor"
en vez de que irrumpo en listas de correo y boicoteo discusiones, que algo así escribían el otro día y yo no entendía nada. Pero nada de nada. Y así no hay quien lleve el timón... ni nada. Y la burroesfera, claro, sin rumbo fijo. Empiezo a preguntarme para qué coño sirve un blog. O algo así. Y ahora les dejo, que tengo trabajo sobre la mesa.

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