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19.1.08
LA FALSA UNIDIRECCIONALIDAD DE LA LEY DEL CÍRCULO Y LA SUBCULTURA DE DERRIBO
Una de las perspectivas más frecuentes para afrontar la subcultura y el zine de la bé a la zeta es la célebre Ley del Circulo, es decir, los extremos se tocan y de tan mala es buena. Me parece aceptable como primera toma de contacto. Yo mismo empecé así y, por tanto, es un punto de partida. Pero sólo eso. Con el tiempo debe superarse pues tiene mucho de autojustificación y de acatación de una forma de dictar sentencia ante la (sub)producción cultural. Es aceptar la teoría de los vencedores y agachar la cabeza. La Ley del círculo comporta, implícitamente, una concepción de lo bueno y lo malo más allá de la discrepancia, del me gusta y no me gusta. Si yo disfruto con filmes como The Astro Zombies, Ninja contra Shaolin: Duelo Final o El Hombre de Pekín no es porque de tan malos sean buenos, es porque aportan delirio y sentido de la maravilla más allá de presupuestos o pericias narrativo/visuales del gusto cinéfilo, porque me ofrecen placeres (prohibidos) que no encuentro en otros lugares. Además, La Ley del Círculo siempre adopta un único sentido cuando, en realidad, debería ser de doble dirección, es decir, es necesario confirmar la existencia de películas que, de tan buenas, son malas. O acaso son esas las nuestras, que de tan buenas parecen malas. Debemos tirar la primera piedra y pasar, seguidamente, a la lapidación. El apelativo de derribo nunca es gratuito, como la violencia.
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