Tsui Hark, Ringo Lam y Johnnie To han unido sus fuerzas para dirigir un filme que tiene mucho de juego privado entre ellos: al parecer, cada uno de ellos rodó su parte de la historia sin saber lo que habían hecho el resto de implicados. Supongo que eso se nota porque, la verdad, la cosa no está a la altura de tamañas leyendas del cine Hongkonés. Eso sí, tiene la virtud de que, al contrario de lo que está pasando con muchas películas del Festival, es la parte final lo mejor y más entretenido, que es cuando el filme, en un principio un thriller oscuro y dramático en el que me costaba enterarme de lo que estaba pasando, se convierte en una comedia tipo Oscar o Rufufú. Como no se sabe qué parte rodo cada uno, hay distintas apuestas sobre a quién pertenece ese mejor tramo final. Yo creo que a To, pero la mayoría se inclina por Hark. De hecho, la parte central también podría ser To, lo que dejaría lo peor del filme (el principio9 en manos de Lam. Se puede ver, pero no está a la altura de las expectativas.
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