Que sí, que vale, que 30 años de la muerte de Elvis, pero nadie recuerda que tal día como hoy, hace 51 años, fallecía Bela Lugosi, grande entre los grandes y un actor que en la Mansión Ausente se venera con enorme respeto y admiración. Y no porque acabara su vida decrépito, morfinómano, durmiendo en un ataúd, creyendo su papel y a las órdenes de Ed Wood. No. Se le respeta porque es, quizá, el vampiro más estéticamente hermoso que ha habido nunca.
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