La frase la oí ayer en el Tomate, por casualidad, zapeando justo antes de dormisquear un rato tras la comida, y me causó una honda conmoción. La exclamaba la madre de Tamara, striper porno y última pareja de Paquirrín, aunque apenas he seguido el tema. La prensa rosa que aguardaba ante el portal de la señora quería saber si la chica iba a explicar públicamente la ruptura. La respuesta es una maravillosa y espontánea muestra del Show Celtibérico del siglo XXI al reunir en una misma frase a Dios y a la Televisión, dos de las cosas más sagradas de la cultura popular hispana pese a su aparente separación. Pues ya no. Los trapos sucios se explican en la tele, como la tortilla española lleva patatas y el matrimonio es por la iglesia. Como Dios Manda.
Yo a mi bola
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