Harry Grindell-Matthews es un bello ejemplo de Mad Doctor autodidacta. Un inventor por vocación, campestre y sin estudios, que tras las huellas de Tesla inventó su propio Rayo de la Muerte: el Rayo-Q. Esta es su historia.
Mr. Matthews nace en Gales en 1880 y con 19 años se alista como voluntario a la Guerra de los Boers, donde en un acto heroico salva la vida de Sir Arthur Robertson. Licenciado con todos los honores y un par de heridas de guerra, regresa dispuesto a vivir de una de sus pasiones, la experimentación con la electrónica, pese a su carácter de autodidacta sin estudios científicos. Sin cables y a distancia son sus obsesiones. En 1911 logra un triunfo con la telefonía radiofónica, entablando una conversación con el pionero de la aviación CB Hucks a dos millas de distancia.
Hace valer su medalla de guerra y los contactos de Sir Arthur Robertson (al parecer, su mecenas en aquella época) para hacer una demostración en el Palacio de Buckingham. Consiste en comunicar dos coches en marcha. Algunos errores durante la prueba desatan públicamente su paranoia latente. Denuncia que los científicos del ejército han estado toqueteando sus instrumentos para saber cómo funcionan, exige que éstos abandonen el lugar y que el mismísimo monarca George V baje al patio para ser testigo de su invento. Ante la negativa, abandona Londres y regresa a su granja laboratorio de la campiña de Gales, que empieza a fortificar para evitar la presencia de intrusos.
Durante la Primera Guerra Mundial muestra al gobierno británico un barco robotizado que podía dirigir a distancia con un aparato que proyecta un haz de luz. El control remoto por rayo ligero gusta al ejército de su graciosa majestad, que compra la patente (al parecer querían aplicarlo a un barco de vapor) y le encarga construir torpedos teledirigidos para derribar zeppelines, tarea que no consigue llevar a buen puerto. Los tratos con el gobierno también le permiten conocer y entablar una importante amistad con Sir Calvin Hammersmith, otro autodidacta del maddoctorismo steampunk que le pondrá al corriente de los experimentos de Tesla.
En 1921 inventa uno de los varios sistemas mecánicos para grabar sonido en el celuloide y lo demuestra grabando el discurso de despedida de Ernest Shackleton en el que sería su último viaje al Ártico. También le entrega uno de sus aparatos de telefonía sin cables, que nunca llega a funcionar. Grindell-Matthews declara que hasta que no se construya una antena en la Luna su sistema no funcionará a tanta distancia, y más en los polos terrestres.
En 1922 asiste a la muestra pública de la Rayo Telúrico de su amigo Hammersmith. Al parecer, Sir Calvin había inventado un ingenio que según él extraía energía de la Tierra (aunque no se sabe muy bien de dónde exactamente) y la proyectaba a un punto concreto. La prueba pública es un desastre. El aparato explota, mueren varios ayudantes, hay numerosos heridos y su inventor, que salva la vida milagrosamente pese a encontrarse en el centro del experimento, decide abandonar para siempre sus trabajos con la energía telúrica.
Mr. Grindell-Matthews también recibe alguna herida de poca relevancia, pero sobre todo queda fascinado con la idea de un rayo de la muerte, así que se pone manos a la obra y en 1924 invita a sus contactos del ejército y del Gobierno a su laboratorio de la campiña galesa para mostrarles su terrorífico Rayo-Q. Un complicado cacharro con el que enciende sin cables una bombilla gigante y detiene el motor de una motocicleta a medio kilómetro de distancia. Tras la demostración, pide financiación para seguir avanzando en el desarrollo del rayo-Q pero sus invitados apenas le ofrecen 1.000 libras. Tampoco revela a nadie el funcionamiento del aparato. ¿Electromagnetismo? ¿Primitivas microondas?
Entre ofendido y defraudado, declina la oferta y decide hacer público su invento invitando a diversos periodistas. The Illustrated London News publica un artículo sobre el Rayo-Q de Grindell-Matthews donde este afirma que con sólo 3 millones de libras puede desarrollar un sistema de defensa aérea para toda Gran Bretaña y que con su Rayo-Q puede encender luces o explosionar pólvora a distancia, detener el motor de los aviones e incluso matar ratones y plantas. El artículo incluye ilustraciones de las futuras aplicaciones prácticas de su invento dibujadas por el propio Grindell-Matthews, quien por cierto luce en las fotografías gafas oscuras para ocultar que durante un experimento fallido perdió su ojo izquierdo. La prensa le bautiza como “Death Ray” Matthews.
La noticia traspasa fronteras y se publica también en periódicos franceses, alemanes y españoles, pese a ser recibida con escepticismo por la comunidad científica; primero, porque su carácter de autodidacta sin estudios despierta recelos; segundo, porque son conocidos otros experimentos similares y se considera que aún falta mucho para que se pueda transportar a distancia la cantidad de energía necesaria para destruir un avión o matar a un ratón mediante un rayo de la muerte (electromagnético, láser, de microondas, Q, Zeta o el que sea).
Decepcionado por la tibia acogida británica, nuestro hombre declara el interés del gobierno francés y viaja a la capital parisina con su invento. Mientras, el gobierno británico recibe una alud de inventores que afirman haber desarrollado otros rayos de la muerte (ninguno remotamente efectivo). También visita nuestro país, donde hace una demostración de su invento ante el entonces por entonces recién estrenado dictador Primo de Rivera, que se muestra muy interesado pero reconoce no disponer del dinero público suficiente para financiar sus investigaciones. También viaja a Colonia, donde según parece extermina una plaga de roedores.
Grindell Matthews regresa de su periplo europeo con una filmación realizada por el mismísimo Pathé de la que afirma demuestra los progresos de su invento. Visita de nuevo el palacio de Buckingham y, ante la negativa del inventor a despiezar las entrañas de su creación, el ejército británico requisa el celuloide y declara que un voluntario ha recibido un impacto del Rayo Q sin que nada le haya sucedido.
Enfurismado, viaja a los EEUU donde realiza diferentes pruebas públicas. En una de ellas un granjero de Kansas declara haber sobrevivido sin problemas a un disparo directo del rayo de la muerte. Los rumores sobre un posible fraude, impulsados por la comunidad científica, se disparan.
“Rayo de la Muerte” Matthews se retira durante más de medio año auna cabaña cercana a las Cataratas del Niágara y vive casi como un anacoreta. Finalmente, acepta una oferta de la Warner Brothers para continuar sus investigaciones en la sonorización de películas. Aprovecha la estancia para perfeccionar un nuevo invento, el Sky Projector, que proyecta imágenes en el cielo, mejor si está nublado. Realiza una célebre exhibición pública en Nueva York proyectando sobre los cielos de la ciudad la imagen de un enorme murciélago. Sin duda, la aplicación práctica más importante de su invento se produce en la literatura pulp, los seriales cinematográficos y los comic-books: ahí están para demostrarlo el Rayo destructor del Emperador Ming, archinémesis de Flash Gordon, y lógicamente la famosa batseñal de Batman.
Grindell Matthews regresa a Galés y fortifica aún más su laboratorio, que bautiza con el nombre de Tor Cloud. Sale al exterior en muy pocas ocasiones, principalmente para asistir a sesiones de espiritismo invitado por Sir Arthur Coman-Doyle, para quien estaba construyendo un proyector de imágenes de hadas.
En diciembre de 1930, los habitantes de Hampstead contemplan atónitos y asustados la aparición de un gigantesco ángel apocalíptico sobre los cielos de su ciudad. Cuando el pánico está a punto de desatarse, la imagen se difumina para cambiar en “A Happy Christmas”. En realidad, se trata de la primera exhibición pública, sin aviso previo, del Sky Projector en tierras británicas.
En 1934 invita a la prensa a la Tor Cloud para una nueva demostración de su invento. Su idea es proyectas las 24 horas del día la imagen de un reloj sobre los cielos de Londres. La noticia aparece en la revista Popular Mechanics, pero la idea no cuaja. Grindell Matthews no percibe el potencial para la publicidad de su Light Projector y, además, el lobby de la industria relojera no permite que la idea fructifique.
Su amistad con George Eastman, el fundador de Kodak, le lleva a conocer a la cantante de ópera polaca Madame Ganna Walska, con la que tras un intenso romance se casa en 1938. Dilapida parte del dinero que recibe de diversos inversores en estancias en hoteles de lujo. En 1941 muere de un ataque al corazón. Meses antes había afirmado disponer de un rayo de la muerte capaz de destruir los submarinos alemanes que se acercaran a las costas británicas. También había afirmado que el hidrógeno líquido produciría la suficiente energía para enviar un cohete a la Luna. Consideraba imprescindible construir allí una antena gigante. 35 años más tarde Buzz Aldrin viaja al satélite terrestre en un cohete impulsado por hidrógeno líquido.
Articulo muy interesante, me ha servido en el rastreo de información sobre los inventos de N, Tesla.
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