En el post visual sobre villanos bondianos se llamaba mi atención sobre Lotte Lenya, la actriz que encarnaba a la doble agente (una infiltrada de SPECTRA en la SMERSH soviética) Rosa Klebb en Desde Rusia con Amor. Al poco, don Javier Garvich me enviaba un interesante correo que les pego a continuación:
Lotte Lenya era una fina e inteligente soprano alemana, salida de los tugurios berlineses donde practicó ocasionalmente la prostitución y que, gracias a su bonita voz, frecuentaba los cabarets más modernos del Berlín de la república de Weimar. Quien se enamoró perdidamente de ella fue el célebre compositor Kurt Weill. Él y Bertolt Brecht se fijaron en ella cuando decidieron estrenar la célebre Dreigroschenoper (conocida en español como la Ópera de las cuatro Perras o la Ópera de los Tres Centavos) y le dieron el papel de Polly. Hay que mencionar que dicha ópera es conocida en el mundo por su protagonista "Mack the Knife", que se castellanizaría como Makinavaja inspirando a ya sabes quién (en todo caso el perfil del personaje es el mismo). Y también es famosa su melodía principal que luego popularizaría Bobby Dorin en los años cincuenta (sí, lo que canta Kevin Spacey en su útima peli) y que actualmente tiene un cojonal de interpretaciones que van desde el jazz clásico hasta el funki.
Kurt y Lotte se casaron y, cosa rara, su amor duró hasta la muerte de uno de ellos (Kurt, que era un poco mayor, murió en 1950, ella treinta años después) y Lotte fue la estrella de otras composiciones de Weill, incluyendo las que escribió en la otra ópera escrita por Brecht: "Ascención y caída de Mahagonny" Curiosamente, Lotte no era muy agraciada. Más bien era bajita y feúcha y al parecer buena parte del interés de Kurt Weill radicó en que Lotte era generosa en otros dones. Y buena parte deesa mirada entre amarga y melancólica de Rosa puede radicar en que Lotte tuvo una infancia muy triste soportando a un padre alcohólico terminal que no paraba de atizarle, y seguramente hasta de abusar de ella. Cuentan que la despertaban a las tres de la madrugada para que le cantara. Con Weill se largaron a América cuando el führer llegó a la Cancillería y ella empezó a dedicarse al cine en papeles menores hasta que le llegó ese momento de gloria que usted enmarca.
En el FNAC puede usted encontrar un delicioso CD llamado Berlín: Los años de Weimar o algo así, donde hay una serie de grabaciones originales de cantantes de esos años. Lotte aparece allí o ¡ojo! también puede escuchar a una Marlene Dietrich cachonda cantando melodías del gran Kurt.
Cinematográficamente, la carrera de Lotte Lenya fue más bien escasa y sólo destaca su participación en la segunda película del agente 007. Pero igan, de qué manera. El pasado fin de semana revisé Desde Rusia con amor (ya hacía un par de décadas desde la última vez) y, al margen de la joya pulpop que es la peli en sí, lo cierto es que el personaje compuesto por Lotte Lenya es uno de las amos de la función (aunque no el único). y aunque su presencia se limite al principio y al final del filme, lo cierto es que se torna imborrable en el recuerdo del espectador, ya sea uniformada como militar soviética que trat con dureza al candidato para liquidar a Bond, ya sea como sierva trémula ante la presencia de Blofeld y su maligno gato de angora acariciable, como portadora de unas gruesas gafas propias de Rompetechos y, especialmente, disfrazada de personal de limpieza del hotel, cofia incluida, calzando el mítico calzado con afilado y venenoso gadget incluido.
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