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2.11.06

LA LIBRETA DE LA MUERTE



Uno de los éxitos del recien acabado Saló de Manga fue el primer número Death Note, editado por Glénat y realizado por Tsugumi Ohba a los guiones y Takeshi Obata a los lápices. Yo me había hecho con un ejemplar casi sin querer. Desconocía la obra; pero lo cierto es que el domingo por la mañana estaba completamente agotado, es decir, que los que acudieron al recinto se lo pillaron. Hubiera tardado en leerlo, pero ese éxito despertó enseguida mi curiosidad. De entrada, el dibujo me generaba cierta desconfianza, ese estilo de manga moderno protagonizado por efébicos y estilizados jovencitos de lacias melenillas, recreando al nipón trendy ideal del momento, me da un cierto repelús. Pero una vez leído hay que decir que está bien, aunque aún ando cabilando si continuar la colección o pararme en seco. Supongo que de momento me haré con la segunda entrega.

Death Note aúna un par de tendencias de la ficción japonesa pero luego se sale, en parte, de la tangente. Por un lado, la del objeto mortal. Hemos tenido cintas de video, llamadas telefónicas, fotografías y demás cachibaches cuya visión o recepción provocan la muerte. Aquí tenemos una libreta, pero la sarten gira de mango. Apuntar el nombre de alguien en esa libreta hará que en cuarenta segundos muera, si no se especifica cómo, de un ataque al corazón. Son la primera y segunda reglas de un objeto de procedencia sobrenatural, dejado en nuestra dimensión por un aburrido shinigami (tradicional demonio de la muerte allá en Japón). Es aquí donde encontramos una segunda tendencia frecuente en el manga juvenil: el emparejamiento entre un joven ser humano y un ente fanta(o)científico.



Así que no esperaba yo gran cosa durante las primeras páginas pero lo cierto es que me ha entretenido bastante. Y como "shonen" manga que es (es decir, dirigido a un lector masculino y juvenil) resulta más adulto de lo esperado gracias al ambiguo matiz que le otorga su protagonista, el estudiante al que va parar la libretita dichosa, el primero de su promoción, un inteligente sabelotodo engreído que, para sorpresa de todos, empezará a apuntar nombres con el deseo de moldear la sociedad a su gusto, cosa que hará disfrutar de lo lindo al demonio. "los humanos son la hostia". Pues sí. A mí esto del antihéroe de oscuro proceder, emparejable , tomando distancias, con el Johan de Monster o con el asesino de masas del MW de Tezuka, me resulta muy atractivo y sabio. Súmenle una intriga policial basada en un anónimo y misterioso colaborador de las fuerzas del orden que se perfila como coprotagonista de un duelo de cerebrines vanidosos para acabar de hacer eficiente el producto. Son doce tomitos, así que no sé yo si la habilidad del guionista dará para tanto, aunque lo cierto es que se guarda unos cuantos ases en la manga, como el ir desvelando poco a poco todas las reglas de funcionamiento de la libreta de la muerte. Veremos como sigue y si mantiene la aceptable tónica argumental inicial.


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