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14.7.06
El MEME CATÓDICO
Hace ya un par de semanas desde la estupenda Make my Day caía sobre mis espaldas la responsabilidad de continuar un meme de esos, concretamente el de las cinco series de televisión favoritas. Los más viejos del lugar sabrán que esto de los memes nunca me ha hecho demasiado tilín, pero al mismo tiempo jamás he dejado de responder ninguno. Así que a eso vamos, como siempre con cierto retraso porque últimamente no tengo tiempo para nada y, además, los calores no ayudan. La tentación del aire acondicionado de la sala me aleja demasiado del teclado del despacho. Soy un hombre débil.
La verdad es que me lo he tomado lo sufientemente en serio para repasar esa pequeña joya bibliográfica que es Televisión de Culto de Antonio Blanco (Biblioteca del Dr. Vértigo, 1996) para ir anotando series y refrescar mi maltrecha memoria. A mi es que esto de seleccionar una lista corta se me hace muy cuesta arriba. Así que debía ir descartando. El Prisionero y Los Vengadores las vi hace demasiado pero estoy seguro que si ya hubiera efectuado la revisión que tengo pendiente (ambas reposan en mis estanterias, aunque de la segunda sólo la cuarta temporada, con la quinta la más recordada) estarían entre las seleccionadas. Los Soprano me encanta, pero al final la he descartado no sé muy bien porqué, quizá a la espera de ver las dos temporadas que me restan. Me lo estoy pasando pipa con la segunda de Perdidos, pero tampoco es para subirla en todo lo alto, de momento es demasiado pronto. El Dr. Who seguro que mola lo suficiente, sólo por los Daleks ya merecería figurar, pero es que (ai) he visto tan poco... De pequeño estaba obsesionado con Misión Imposible y sus delirantes tramas, por no hablar de su sintonía (que es LA sintonía). O por el Star Trek original (los domingos por la tarde, aún lo recuerdo y , atención, me daba miedo). O los Thunderbirds, aunque sólo sea por su Supermarionation (también tengo la primera temporada aquí a mi lado, pendiente de revisión). Otro recuerdo catódico importante es que mi primera indignación televisiva fue por la cancelación abrupta de Mazinger Z a finales de los 70, que me dejó sin una serie que seguía encandilado. Y sé que me enganché con notable entusiasmo a cosas como Starsky y Hutch (no me perdía ni uno), Enredo, Falcon Crest, Lou Grant o Espacio 1999. En el último suspiro han caido de la lista de cinco The Young Ones, los Munster y Alfred Hitchcock presents. Pero bueno, tras mucho cabilar aquí tienen la lista:
1. Los Simpsons. Coño. Esto es El Blog Ausente. Debo ser coherente ¿Acaso alguien lo dudaba?
2. Batman. Sí, la serie de los 60 de la que muchos aborrecen. A mí, en cambio, me parece una maravilla delirante repleta de villanos descacharrantes, planos torcidos, carencia absoluta del sentido del redículo y onomatopeyas a todo color. La esencia del pop atrapada entre los cuatro lados de la televisión.
3. Yo Claudio. Lívia, Tiberio, Calígula, Mesalina... son la encarnación del mal catódico por excelencia. Rodada en decorados adustos, sin exteriores, sin las grandes masas del peplum, pero plagada de actorazos, con sus momentos gore, sus tremendas intrigas palaciegas y sus venenos.
4. The Twilight Zone. Qué decir. El formato de cuento corto con final sorprendente alcanzó aquí su máxima expresión. Con guiones de Matheson, Bradbury o Bloch y con Rod Serling ejerciendo de maestro de ceremonias. Años más tarde lo reconvirtió al cuento de horror con la también magistral Galería Nocturna.
5. Hotel Fawlty. Tenía muy claro que entre las cinco seleccionadas debía haber una serie británica de humor pero... ¿cuál? ¿La genial Young Ones? ¿la desquiciada Bottom (la pareja basura? ¿la inteligente Sí Ministro? ¿The Black Adder? Al final, mi devoción por John Cleese ha vencido. El miembro de los Monty Python sublimaba su personaje de tipo miserable por el que yo no puedo sentir otra cosa que fascinación embobada.
Ah! Se me olvidaba. Debo pasarle a otro la patata caliente. EN otras ocasiones he pasado de todo, pero es que este meme sólo convoca a uno. Así que cedo los bártulos televisivos a... a... ¡los alegres muchachotes de adlo!
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