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6.4.06

TRESCIENTOS TREINTA Y TRES DISCOS PARA AGITAR EL BOOGALOO ENCEFÁLICO # 004/333


VV.AA. : FOR DANCERS ONLY (KENT RECORDS, 1982)

Normalmente cuando se habla de soul la gente acude inmediatamente a los grandes éxitos de Stax y de la Motown. Es algo inmediato y correcto, pero en cuestión de recopilaciones hay un secreto (a voces entre los aficionados más inquietos) y se llama Kent Records. Durante los años 60 el soul no sólo generó numerosos hits hoy por todos conocidos, sino también una interminable y jugosa cantidad de singles plagados ignotos éxitos subterráneos, a menudo tan o más trepidantes que los que han alcanzado fama en las temidas radiofórmulas. La Kent es una discográfica británica que lleva 25 años escarbando en esas montañas de 45 rpm's para luego empaquetarlos en forma de brillantes recopilaciones. Es cierto que, con los años, los filones se agotan y según asciende el número de catálogo la genialidad decrece. Pero uno siempre puede invertir esta afirmación, y, así, uno se da de bruces con el primero de sus recopilatorios, este For Dancers Only que les recomiendo fervorosamente. Mi vinilo ha sobrevivido (afortunada y misteriosamente) a cientos de fiestas y guateques regados de alcohol y baile desenfrenado. De hecho, lo considero indispensable en cualquier evento coolbailongo que se precie. Una locomotora de ritmos negros que son puro disfrute sincopado, un collar de perlas como la felicidad al estilo Motown de Mary Love con que se abre el disco, el tremebundo disparo a los centros nerviosos de nuestro cuerpo que es el I Can Feel Your Love de Felice Taylor, la alegría de las Ikettes (delicioso I'm So Thankful) y el ímpetu de los primigenios Ike & Tina Turner con su impresionante I Can't Belive What You Say, el Before it's too late de Jackie Day y sus gloriosos coros yeyeyeahs, el blues asoulado de Lowell Fulsom, el impresionante Gimme Gimme de ZZ Hill (un temazo en el que es imposible resisitir la necesidad de corear el estribillo transmutado en una especie de negrita con voz de pito), los Intentions demostrando que el Louie Louie no era un oasis en el desierto o la crudeza inmediata de Tami Young. Todas estas píldoras compiladas y puestas de seguido convierten este disco en una de las joyas de mi colección. Una maravilla, ya les digo.


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