Condolezza Rice, a quien como saben considero el anticristo con minúsculas, aparecerá ante las pantallas de televisión haciendo pesas y quemando calorías en una bicicleta estática, como muestra de que que encabeza una diplomacia "muscular y ágil". Casi al mismo tiempo, leo que el ministro holandés de Justicia, Piet Hein Donner ha grabado un disco de rap en el que explica su política en materia de droga. Al parecer la cosa (porque imagino que no puede ser definida de otra manera) "arranca con un ritmo electrónico y algunos "!yeah!, !yeah!", junto a los que el ministro repite su eslogan con un aire estadounidense: "Aquí, es Donner de la Justicia el que habla. tira la droga de los Países Bajos enganchados, no la quiero". Ambas noticias son buena muestra de esas extrañas campañas de promoción en el que los políticos se embarcan intentando demostrar públicamente que son personas normales pero que acaban por constatar que son completamente anormales y, por lo tanto, hijos de su tiempo.
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