Diarrea, vómito y fiebres justo cuando más trabajo tengo. Una víctima más de la epidemia de gastrointeritis vírica que asola Barcelona. Si no vuelven a leerme por aquí nunca más, será que he muerto deshidratado. Sepan, pero, que estoy luchando para salir del agujero. Lo conseguiré. Pues claro que sí.
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