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8.11.05

El Dictador y el Champiñón



Hace un par de semanas, en el Mercado de San Antonio, conseguí adquirir un libro que hace tiempo buscaba. Ilocalizable en la mayoría de librerías pese a haber sido editado por La Tempestad en julio de 2002. Se trataba de Catalanes Todos de Javier Pérez Ándujar. Vaya por delate que voy a hacer una reseña sobre una obra cuyo autor es amigo, lo cual no deja de ser un curioso equilibrio y una operación no exenta de riesgo. Yo lo aviso para que sepan desubjetivar si lo consideran necesario.

Estando incluído en una colección de No Ficción y con el subtítulo en portada de "Las 15 visitas de Franco a Cataluña" debo reconocer que en un principio el libro me descolocó en su lectura. Básicamente porque lo de No Ficción es muy matizable y porque lo de las quince visitas no es exactamente el meollo del asunto, o no lo es para resaltarlo en portada por mucho que actúen de visagra para pasar página.

Cuando los protagonistas del relato no han existido realmente y se colocan en un marco que sí es real, el termino de no ficción se difumina y no es correcto. Tampoco es que se trate de una novela, ojo, o no de una novela corriente y moliente. Más bien sería un falso documental en el que testimonios inexistentes dan su versión de hechos más o menos reales, o verosímiles. O más que dar su versión, están ahí, en medio de la realidad pese a ser irreales. Salen en la foto. Un poco como cuando Forrest Gump saluda a Nixon.

Lo cierto es que superado ese primer bache conceptual, el libro, que se lee ágil y rapidito (cosa que, para mí, es virtud), destila bastante mala leche. No es una mala leche de la que uno se percate de inmediato, sino que está ahí, en segundo término, y que al final acaba por salir a flote. La historia sí queda clara en el título: la Cataluña y los catalanes franquistas. Que existió (existieron), claro. Y se sitúa entre dos actos multitudinarios: de la entrada de las tropas nacionales en Barcelona y el desfile miltar del 21 de febrero de 1939 a la millonaria manifestación por el Estatut del 11 de septiembre de 1977. Lo curioso es que algunos de los participantes son los mismos, aunque más viejos, claro.

La idea de fondo es rotunda: hubo franquistas catalanes en el bando nacional. Algunos eran pobres (especialmente los provenientes de los requetés y del carlismo rural y tradicional) y los otros eran ricos (la alta burguesía). A los dos grupos les sentó bien la victoria, pero, con el tiempo, las cosas continuaron como estaban: los ricos seguían siendo ricos (y hasta más ricos) y los pobres siguieron siendo pobres (y hasta más pobres y miserables). Y cuando llegó la Transición y la manifestación del 77 muchos de los que eran ricos ya no eran franquistas, sino simpatizantes del nacionalismo de derechas. Y muchos de los que eran pobres también.

Todo ese argumento queda en segundo plano, no se dice directamente, y el libro se estructura con brío en chispazos inmediatos y sueltos (muy sueltos) relacionados con las quince visitas del dictador más algunos momentos de importancia social y descriptiva pese a la anécdota (las recolectas de las Camitas Blancas, el tributo a Juanita Reina). Lo bueno del caso es que Javier Pérez aprovecha para sacar a flote muchos de sus intereses y a jugar al descoloque: lluvias de ranas a la mayor gloria de Charles Fort y sus estudios sobre fenómenos extraoedinarios; escenas que pintan una historia a la inversa tal y como hiciera Philip K. Dick en El Hombre en el Castillo; instantáneas del llamado Franquismo Pop, amalgama de desarrollismo y explosión de la natalidad en un marco sixties y seventies muy de andar por casa; amable mala leche en la descripción del dictador y sus allegados; la ensoñación de una Barcelona plagada de agentes secretos nazis trabajando para Odessa y un momento intenso, genial (y desagradable) de perversión coprófaga, en concreto la bautizada como "sopeur".

Un libro curioso, extraño y poco habitual, profusamente ilustrado, por cierto, con anuncios y publicidades de la época rematados con piés de foto de humor algo cínico. Y ahora desubjetivicen(me).


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