Les hablaba ayer de Dracula A.D. 1972, producción de la Hammer que aquí se estrenó un año más tarde retitulada a Drácula 73, y es que la modernidad impone sus reglas: "en 1973 lo de 1972 ya es viejo e interesa menos" es el mensaje subliminal del distribuidor español de la época. Y como ya avancé, creo que los carteles del filme daban para un B-ART bien majo, así que me pongo manos a la obra.
Este primero es británico y es una variación del oficial de la Hammer, apaisado y a colores. Si no figura aquí es porque no lo he encontrado con el tamaño y calidad que se merece. Creo recordar que lo tenía por casa, pero no lo he encuentrado para escanearlo. La ilustración es idéntica pero en blanco y negro contrastada en bitono rojo de fondo. Se reúnen aquí algunos elementos que se irán repitiendo en las sucesivas variaciones: la imagen del vampiro con cara de enajenado, chicas ligeras de ropa, el cáliz donde se realizará la mezcla de sangre con las cenizas de Drácula y un coche deportivo supermolón. Chicas, coches y vampiros. ¡Yujú! Y Que conste en acta que ese modelo de vehículo no aparece, para nada, en el filme, y quienes lo busquen durante el visionado deberán conformarse con el Dos Caballos lila de Jessica Van Helsing.
Este es el cartel español de la época. La imagen de Christopher Lee enajenado preside la función. Vemos el coche, se mantiene la cara orgiástica de Caroline Munro pero se sustituyen las chicas en peligro ligeras de ropa por una bailarina y un guitarrista de fondo, quizá para dar más relumbrón a la estupenda frase promocional: "El siniestro conde ataca de nuevo... ¡Y ahora en el Londres de las minifaldas y la música pop!" Y es que la España yeyé sin duda iba a acudir en masa.
La variación italiana tampoco es que tenga más chicha y es casi idéntica, pero me hace gracia que añadan más gente al dúo bailarina y guitarrista, le da mayor desenfreno sicodélico.
Desconozco la procedencia, y a tenor del título pudiera ser español pese a los desnudos femeninos, quizá un restreno en plena fiebre "S". A mi juicio es estupendo y marcadamente pop. El toque matálico en el rostro y la configuración discotequera del título es más tardo setentero (aumentando las sospechas de cartel de reestreno) y hay un erotismo mucho más marcado gracias a esas hembras casi desnudas. El coche sigue presente como símbolo de la modernidad del filme: "aquí no hay carruajes".
El cartel alemán también resulta la mar de majo. A la cara del vampiro enajenado se le añade un chorro de sangre que recorre la composición, manchando el título. ¡Y qué decir de esas piernas coronadas en una minifalda roja!
Otro de los carteles italianos, y una variación total de los elementos que hasta ahora venían repitiendose. Eso sí, el Conde Drácula y las chicas en pleno frenesí que no falten. Es lógico. De eso va la película. Por cierto, es el único sin vehículo deportivo.
El cartel francés, realmente bonito, es el que más se desvía del modelo original británico manteniendo las constantes. Pura ilustración pop muy de tebeo. La idea central "Chicas, coches y vampiros " continúa por todo lo alto (Yujú!) pero aquí la chica está más desnuda, atada a un coche delicioso y sobre la que se alza la mano del Conde. Una delicia.
Y para acabar, el australiano, un fontomontaje alargado de bitonos sonrosados y amarillos, como era habitual en las antípodas. Entre las dos hembras de la función, enseñando cacha, se sitúa el ubícuo coche y se alza Christopher Lee.
ACTUALIZACIÓN: este B-ART ha tenido una ampliación con dos carteles más.
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