Evasión fiscal
Krusty es condenado por evasión fiscal al no declarar un talón de 25 centavos que le había enviado Bart para que se lo devolviera con su autógrafo (episodio Bart, el soplón); en este caso los autores acentúan la paradoja del sistema fiscal americano para el control de las tasas y de las cuentas bancarias. En efecto, Krusty es señalado como uno de los mayores evasores fiscales de la historia de la humanidad, convertido en mediático chivo expiatorio. Pero también es una indirecta lanzada hacia los divos del mundo del espectáculo que, en cuestiones de evasión fiscal, se comportan del mismo modo que el payaso de la ficción animada.
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