Recupero, como parte de los fastos del primer aniversario de este blog ausente, la sección dominguera dedicada a las historietas de horror y sus monstruos. Para la ocasión una de mis favoritas de todos los tiempos y segundo de los cuentos de terror protagonizados por zombies de la editorial Atlas, que con el tiempo acabaría siendo la Marvel.
Zombie! se publicó en el número cinco de la colección Menace, allá por 1953. Historietas de zombis hubo muchas en esos años. Estaban los zombis obedientes renacidos gracias a los ritos vudú y los vengativos que regresaban de su tumba para liquidar al culpable de su muerte (normalmente el esposo o esposa infiel y su amante). Crimen pasional y violencia postmortem. La historieta de hoy cae de lleno en en el primer subgrupo y sigue el esquema habitual, al fin y al cabo el guión era del Stan Lee de esa época, que conocía muy bien el patrón a seguir para que las historietas de horror salieran como churros.
Pero las virtudes de la que hoy he seleccionada son variadas. La historia, en principio, es tan rutinaria como puede ser cualquier cuento de zombis. El amo, regordete y ruin, lo controla con un muñeco, lo maltrata, le hace cometer delitos hasta que lo envía a secuestrar a una hermosa muchacha. La relación pasada del muerto con ésta (que no pienso desvelar) hará que el monstruo gire sus pasos y vaya a por el amo. Una de las virtudes es la narración en los recuadros de texto, que no es la habitual, objetiva y desnaturalizada. Tampoco es en primera persona (eso llegaría más tarde) pero casi. Es como una voz que va explicando sus actos al zombi. Se dirige a él y no al lector. La gran virtud de la historieta está, y de que manera, en la parte gráfica. Bill Everett era uno de los grandes dibujantes de la época. Famoso por sus personajes de aspecto delicado (el Namor y el Marvel Boy de la Edad de Oro), sus lápices eran ricos en detalle, claridad e imaginación, y la narrativa espléndida para la época. Y esta historieta es buena muestra de ello. Viñetas como las que sitúan la acción en el Mardi Grass (al fin y al cabo Nueva Orleáns es una de las capitales del vudú); la irrupción, con ese crash esplendorosamente pop, del zombi en la habitación de la (bella) muchacha o el panel del primen crimen que lleva a cabo son, a mi juicio, primorosos.
Como nota curiosa e histórica es obligado comentar que esta historieta fue recuperada veinte años más tarde por Marvel y convertida en el origen del personaje zombi de la editorial, Simon Garth, en la época de los Setenta en que se pusieron de moda los magazines de horror en blanco y negro. El primer número de Tales of the Zombie la reeditaba como segunda parte del origen de Simon Gart, habiendo en el mismo tebeo una primera en la que se explicitaba el rito vudú de su resurrección y una tercera que replanteaba la situación con el zombi liberado de su amo y dispuesto a arrastrarse por el mundo como muerto viviente.
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