Simpsonario (CXLII)

Cóctel

“Mezclé los culos de todas las botellas de licor; con las prisas cogí el frasco de jarabe para la tos de los niños” (Homer). Ésta es la fórmula secreta del “flameado de Homer” inventado en un momento de desesperación por la falta de cervezas en casa y que luego mostrará a su amigo Moe, cuyo local no funciona precisamente bien; pero el barman, hombre de pocos escrúpulos, se apoderará de la receta poniéndole su nombre y llegando a recibir una oferta de un millón de dólares, en el antológico episodio El flameado de Moe. Al final, se descubrirá que el misterioso ingrediente, aquel que le da el toque de originalidad, no es otro que el jarabe para la tos que lleva la marca de Krusty.