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27.4.05

EL FREAK SHOW DE UN MAESTRO DE LO MACABRO



No recuerdo qué estaba buscando exactamente en mis extensas estanterias. Lo cierto es que mis dedos fueron a parar a la zona reservada a los álbumes de Berni Wrightson que editó Toutain a finales de los 80 y allí se detuvieron. Quietos. Recordé entonces que Planeta tiene prevista la reedición de Feria de Monstruos para el Salón de Barcelona. Pese a las muchas lecturas pendientes extraje el álbum y me lo llevé conmigo. Y de noche, en el salón de La Mansión Ausente, en el sillón para las grandes ocasiones y rodeado de silencio y de tiniblas procedía a su lectura.

Wrighston es, o mejor fue, uno de los grandes y últimos maestros de la historieta de terror. Heredero directo de los Frazetta, Williamson o Ingels su concepción de lo macabro, de lo siniestro, del monstruo sumido en la fealdad y la podredumbre lo convirtieron en uno de los mejores autores de una generación de artistas crecida al amparo de las revistas de horror (Corben, Jeff Jones, Kaluta). Primero para comic books de horror de la DC como House of Secrets y House of Mistery y luego en su extraordinaria aportación a los primeros números de La Cosa del Pantano. Es para la Warren (la maravillosa editorial de los Creepy y Eerie) donde pule su estilo y nos regala algunos de los mejores cuentos de horror de la historia del medio. Estoy pensando en Jennifer, Clarice y adaptaciones de Poe como El gato negro. También muestra una muy poco explotada bis cómica con su divertido y casi underground Capitán Stenn para la revista Heavy Metal. Ya de manera independiente nos regala el álbum que enseguida les comento y la estupenda adaptación al cómic de la colaboración fílmica entre George A. Romero y Stephen King, Creepshow, de hecho un sentido homenaje a esos tebeos de horror en los que Wrighston ha estado trabajando durante una década gloriosa. Desgraciadamente, e ilustración a parte, la cosa se detiene más o menos ahí en lo que a comic se refiere. Sus trabajos para Marvel (Spiderman: Hooky, Punisher POW) y DC (Batman The Cult) me causaron bastante decepción en su momento y no he vuelto a acercarme a ellos. Mis dedos no se detienen en ellos.

Tras este breve apunte biográfico retorno a mi nocturna lectura de anoche. No recordaba que Feria de Monstruos, Freak Show en el original, fuera tan buena. Hacía mucho que no la leía y permanecía en mi la sensación de coitus interruptus por su primera lectura en entregas en el Creepy de Toutain (y eso que luego leí el álbum, pero la memoria juega estas malas pasadas). Feria de monstruos es un genuino cuento de horror que entronca directamente con esa obra maestra extraña y solitariamente bizarra que es Freaks (La parada de los monstruos) de Tod Browning. El monstruo de nacimiento por su deformidad física que mal vive como espectáculo de feria confontado a la maldad del ser humano, hermoso por fuera y más monstruo por dentro. De desamparados errores de la naturaleza y hombres de corazón negro trata también el guión de Bruce Jones, dibujado por Wrightson de manera impresionante.



Insisto en que no recordaba que fuera tan bueno. Es cierto que hay un par de trampas en la historia. Un brusco cambio de un personaje aún no del todo perfilado que se me antoja... eso, brusco. Y una trampa de esas para hacer el final más sorprendente. Pero nada grave y que sirven a la historia dotándola de ritmo, giros e interés. Son trampas, o mejor escamoteos de información, que ni hacen que el lector se sienta engañado ni que la historia se resienta. Pero si ese recurso efectista resta algún punto, el trabajo de Wrightson suma el doble. Dibujos que no dejan escapar el detalle, que se recrean en la línea sin sacrificar la lectura, que siempre es ágil y de narrativa exacta, una perfecta atmósfera macabra, escogiendo siempre el mejor tratameinto de iluminación posible. Haciendo que todo todo parezca sencillo pese a la complejidad del horror, del cuento gótico. Y un uso de la viñeta a página completa ejemplar. Aparece cuando la historia la necesita, no es espectáculo dibujil porque sí, es la sorpresa, el silencioso tachán de la banda sonora, el momento de pavor magnificado. Y luego están esos monstruos por fuera que acaban siéndolo por dentro y un monstruo por dentro que no es ajeno a la piedad del lector. Por cierto, la portada de la edición de Toutain es un espoiler como una casa y un triste montaje de viñetas interiores que debería ser causa de vergüenza ajena para sus responsables. Supongo que la de Planeta será otra. Si les gusta el cuento de horror clásico y los tebeos siniestros sepan que mi reencuentro con esta obra no podía ser mejor.

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