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3.2.05

STARSKY AND HUTCH GO TO BOLLYWOOD



He aquí una de las joyas de la discografía ausente. La esplendorosa compilación Bollywood Funk, editada en el 2000 por Outcaste. Últimamente no es raro descubrir, incluso en medios generalistas, la curiosidad que despierta el cine popular de la India. Ya saben, largas películas que requieren incluir en su metraje humor, aventuras, acción, romanticismo y numeros musicales. Ya que paga, el público hindú lo exige TODO durante tres horas o queman el cine. Un público exigente que sabe lo que quiere de la industria del entretenimiento. Con el Pita Pita Del los coolhunters de los refrescos gaseosos acaban por liquidar el tema antes incluso de que explote. Importa la estética y la idea, quién demonios necesita ver las películas. Sociedad borderline, sí.

Si uno busca discos de Bollywood encontrará muchas recopilaciones que se limitan a arrejuntar unos cuantos temas recientes, no exentos de encanto y exotismo, pero demasiados influenciados por corrientes musicales contemporáneas: pop megaproducido, trip hop, sonidos new age. Están bien para un rato pero cansan. No, no, amigos, ustedes deben indagar marcha atrás en el tiempo. El empape de sonidos occidentales sigue estando, claro, pero adentrándose en los terriotorios de lo genuinamente cool. Ahí están el inico de la soberbia Ghost World, con Thora Birch bailando poseida por el rock and roll de Mohammad Rafi, por ese impresionante tema que es Jaan Pehechaan Ho. ¿Lo recuerdan? Vale, esa es la idea, ese es el concepto, ese es el Bollywood sónico que me interesa. Y así llegamos a la madre del cordero. A la joya de la discografía ausente mentada al principio.

Buff. Bollywood Funk. Quince poderosos temazos que no sólo no dejan indiferentes sino que impulsan al movimiento exótico frenético en la sala de estar. Hagan la prueba con los tres primeros temas, tres gemas sin pulir como Hum Kisise Theme, Dum Maro Dum o Baby Let’s Dance Together. Si no quedan arrebatados por esa hipnótica amalgama no merecen ustedes leer este blog. Y la palabra clave es amalgama, a unos niveles inimaginables: del garaje a lo tribal y de ahí a algo imposible de describir ¿funk exótica acelerada?. Las influencias y empapes son tantos y tan hermosos: inesperados ramalazos de surf instrumental, bubblegum pop, funkploitation, secciones de viento que van de lo poderoso a lo bizarramente sorprendente, spaguetti western (Qurbani), medio tempos guatequeros (Mera Jawani), afrancesado romanticismo aventurero (Chura Liya), desmelene lounge (Jewel Thief), el John Barry más bondiano (I Love You Give me Another), lisergia pecaminosa (Pyar Zindaghi), funk instrumental televisivo tras los pasos de Harry el Sucio, hare krishnas psicodélicos, entrecortadas guitarras fuzzyfunkis, muros de sonido, garaje punk, sones a lo Twilight Zone, percusiones sudorosas. Tanto en tan poco que uno se queda irremediablemente enganchado.

Soplé al principio. Buff. Insisto en que todas estan descripciones no le hacen justicia. Una joya que deben buscar YA a cualquier precio, aunque la compilación carezca de datos. Todos son unknown, artistas desconocidos de desconocidas producciones setenteras de La Índia. Uno imagina hermosas doncellas de la tierra vestidas de yeyés , hindús de peinados afro empuñando magnums de segunda mano lanzados en automovilísticas persecuciones. Bullits de tercera o cuarta división. Hindusploitaions ignotas que nunca podremos ver pero sí imaginar. Mientras intentan hacerse con él siempre pueden indagar, a un nivel diferente, menos intenso pero igualmente maravilloso, en sitios como éste. No es lo mismo, aunque algún tema se acerca a esta delicia que les comento y que me tiene enamorado desde hace ya unos cuantos años.

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