Adopción
Chocante, por lo extravagante, la idea de substituir a Bart por Hans Moleman en el seno de la familia Simpson, en el episodio El heredero de Burns. Alteración irónica de las normas familiares y de los valores afectivos.
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29.9.04
MÚSICA PARA MENEAR LAS DOMINGAS
Cuando leí sobre la muerte del sinpar cineasta Russ Meyer pensé en escribir algo sobre él. Obituarios ya hubo dos en la blogosfera a cargo de Spaulding y John Tones, así que cuando leyendo se mezclaban en mi memoria Supervixens y Megavixens (Up!), siendo incapaz de diferenciar qué era de una y qué de otra, pensé en mirarme algunas de sus películas y comentarlas. En eso estoy, pero por el camino recordé que hay varios discos de bandas sonoras editados y me he puesto a escucharlos.
Por un lado está la colección editada por Q.D.K. Media, que, si no ando errado, pertenece a la misma productora independiente fundada por el rey del busto generoso. Son cuatro volúmenes que recopilan cada uno de ello los soundtracks de tres pelis cada uno. Así que tres por cuatro doce. Vaya por delante que el cuarto volumen (Russ Meyer’s Good Morning... and Goodbye!/Cherry, Harry & Raquel/Mondo Topless) no se haya a mi disposición, aunque es evidente que sigue la tónica de los tres anteriores. Y también que al parecer lleva tiempo prometido un quinto volúmen dedicado a sus primeros filmes nudies.
Ni corto ni perezoso mi equipo hifi ha ido desgranando el primer volumen (Russ Meyer’s Lorna/Vixen/Faster, Pussicat! Kill! Kill!), el segundo (Russ Meyer’s Supervixens/Up!/ Beneath The Valley Of The Ultravixens) y el tercero (Russ Meyer’s Mudhoney/Finders Keepers Lovers Weepers/Motor Psycho). La verdad es que la experiencia, así de un tirón, resulta bastante decepcionante. No tanto por las músicas en sí (que tampoco son nada del otro mundo, todos sabemos qué hace interesantes los filmes de nuestro hombre), sino por la calidad del producto: se trata de extractos de las películas, es decir, que se mezclan los diálogos con las músicas, tal y como sale en la película, ruidos de ambiente incluidos. Está sonando la canción y escuchas los orgasmos, las explosiones, las puertas que se abren, las motos (bueno, los motores de vehículos a dos ruedas nunca molestan en una canción). Es cierto que los diálogos tienen su gracia delirante pero el mejunje no pasa de la curiosidad para fans y ni siquiera un clásico garajero como Faster Pussicat (que tan bien recuperaron los Cramps en el indispensable Smell of Female) o los temas de The Three Weirdos para Finders Keepers están respetados en su integridad.
En estas recopilaciones el escucha paciente vera transitar sonidos más que variados con abundancia: acordes destinados al striptease de carretera y peepshow, soundtracks inspiradas en los estándares del cine de miedo y acción de la época, mucho crime jazz (Motorpsycho) o jazz a secas (Lorna), lounge agradable para practicar sexo a la intemperie (Vixen), toques de musical de Broadway y efectos propios de los cartoons (Up!), fandangos y pupurris mexicanos (Ultravixens), extractos de valkirias wagnerianas, valses o sitares, white trash jilibili, remisiones al western zarrapastroso, dixie y hasta algún tema de mandolina vibrante (Mr. Dynamite en Supervixen). En definitiva, un poco de todo pero resuelto con cutrez, sin gracia. Y es una pena porque con unos cuantos bastantes diálogos bien puestos y una selección de temas bien puliditos de todas las películas podría quedar un doble cedé la mar de majo. Puestos a destacar algo me quedo con las músicas de Vixen (firmadas por Igo Kantor) y con el espectacular strip-fuzz que sirve de base al espectacular show pre-leñero cachondo de Margo Winchester en Up! (Acreditada a William Loose).
La otra aportación discográfica al mundo de Russ Meyer es la banda sonora para su único acercamiento a las majors hollywoodienses: Beyond the Valley of the Dolls. Me entero ahora que hace poco han editado una nueva edición mejorada y digitalizada (24 tracks entre temas y diálogos, pero no he tenido el gusto de escucharla aún). La anterior, un vinilo de doce temas, es un compendio de las tonadas del filme que van del jipi folk del trio vocal de The Sandpippers al soul garajero de The Carrie Nations (la banda femenina ficticia alrededor de la que gira toda la película bajo la que se oculta la mano del compositor y productor Stu Phillips), pasando por el rock de garaje de los Strawberry Alarm O’Clock (célebres por esa buena muestra de farfiseo indecente y veloz que es su Incense & Peppermints). Y aquí sí que podemos decir que nos encontramos ante un buen disco, muy de la época psicodélica y bastante entretenido.
La nueva edición
28.9.04
Simpsonario (VII)
"ADONIS CALVO, EL"
Es el nombre de un cuadro en el que se muestra a Homer dormido en el sofá, en calzoncillos, con una lata de cerveza en la mano. Pintado por Marge, ganó el primer premio de la exposición de arte de Springfield (Pinta con grandeza).
Es el nombre de un cuadro en el que se muestra a Homer dormido en el sofá, en calzoncillos, con una lata de cerveza en la mano. Pintado por Marge, ganó el primer premio de la exposición de arte de Springfield (Pinta con grandeza).
27.9.04
Más delicias turcas (con zeta de globalización)
Aficionado como soy a los carteles de cine, a las portadas de tebeos de miedo, novelas pulp o magazines bizarros, tenía por aquí esta dirección sobre carteles de turcos de cine. No hace muchos días que hablaba del increíble crossover fílmico entre Spiderman, Santo y el Capitán América (el enlace está ahí al lado, en los Grandes Éxitos Ausentes). Es una pena que mis conociminetos sobre esa filmografía sean escasos.
La dirección, ojo, es de una tienda llamada Turkposter y jamás les he comprado nada (ni creo que lo haga, las arcas ausentes sufren un expolio demasiado continuado). La linko porque me encantan los posters expuestos, aunque no siempre estén en una resolución ideal. Dejando de lado la curiosidad de ver novedosas interpretaciones de algunos clásicos, o simples traslaciones al turco de carteles ya conocidos, mirando estas ilustraciones fílmicas uno se percata del amor del público otomano por el cine popular y de derribo.
Así nos encontramos con una escueta y bonita selección de películas eróticas que prometen sexo exótico y neumático; un apartado de cine de artes marciales donde, tras las primeros dedicados a Bruce Lee, nos descubre como las películas de Stallone también pertenecen al género, al igual que Desafío Total (!). Si pasamos a la aventura, el terror y la sci-fi constatamos como el cine italiano triunfaba por esos lares, al igual que los monstruos japoneses, los monstruos marinos de todo tipo, nuestro Supersonic Man e incluso esa desatada pasión que los otomanos parecen sentir por Star Trek. Luego, claro, está el delicioso apartado del propio cine turco, bien poblado de guerreros como Tarkan (4 películas) y versiones tan destacables como Badi, el ET Turco. Gráficamente también los hay de bonitos: el cartel de La Matanza de Texas II me parece sugerente y el del western Black Mask, con esa calavera de fondo, es muy de bolsilibro. El premio se lo lleva, pero, el poster de Django Strikes Again, que más que un espagueti western parece una nueva entrega de Rambo.
En el fondo veo que no hubo, en ese periodo que va de finales de los 60 a principios de los 80, tanta diferencia entre los cines de barrio turcos y los españoles. Mucho hablar de globalización y demás, pero el cine de subgéneros de bajo presupuesto era de un globalizador que espanta. Eso sí que es hermanamiento cultural. Y popular, no lo olvidemos. También veo que las tácticas tramposas de exhibidores y distribuidores funcionaban por aquellos lares, y sólo con un sencillo cambio o variación de título. Así, si en la estupenda King Kong se escapa sale un lagarto gordo, anunciamos que es Godzilla; si Gamera lucha contra Viras en Viras ataca la Tierra, quién coño se percatará si nos sacamos de la manga que en realidad se trata de una inexistente Gamera contra Godzilla (!); si Juan Piquer Simon rueda Los nuevos Extraterrestres mejor llamarla The return of ET; y de nuevo Star Trek: resulta curioso si para nosotros Los invasores del Espacio (de Kinji Fukusaku, el de Battle Royale, y con Vic Morrow y Sonny Chiba) se vendió como una versión nipona de La Guerra de las Galaxias, para los turcos era un remake de Star Trek.
En fin, que uno se ilusiona con la idea de poder ver alguna de esas películas turcas. Por cierto, la web cuenta también con un apartado de cine hindú y otro de portadas pulps de novelas de Sherlock Holmes y James Bond. Yo insisto en que esto de los carteles y las portadas bonitas me gusta e igual me dedico a postear alguno que me atraiga especialmente.
¡Gamera contra Godzilla! El Crossover que nunca existió
Simpsonario (VI)
Actor Secundario Bob
Ayudante del payaso Krusty que quiso robarle el protagonismo del programa. A partir de entonces es un delincuente que juró matar a Bart. Aficionado a las cartas anónimas amenazantes y a los atentados con bombas nucleares, fue candidato del Partido Republicano en las municipales de Springfield.
Ayudante del payaso Krusty que quiso robarle el protagonismo del programa. A partir de entonces es un delincuente que juró matar a Bart. Aficionado a las cartas anónimas amenazantes y a los atentados con bombas nucleares, fue candidato del Partido Republicano en las municipales de Springfield.
26.9.04
El post pajillero del domingo
Un mes y un día de blog. Quizás un buen momento para recapitular. Vaya por delante que la experiencia me está resultando grata. Además veo que la gente va entrando a leerme y no parece disgustada por lo escrito hasta ahora. Eso siempre ayuda.
También es cierto que me he esforzado en unos cuantos posteos y bueno es recoger los frutos. En la columna de al lado he añadido un nuevo apartado, Grandes Éxitos Ausentes, en el que linko para la posteridad algunos de los textos cuyo resultado me parece más gratificante. Me sabía mal que quedaran en el limbo de los archives mensuales.
Hace ya unos años que adquirí la manía de volver a mirar aquello de lo que voy a hablar. Eso hace que, por ejemplo, para redactar el post sobre los precedentes de Alien me haya pasado diez días. No para el hecho de escribir en sí (eso lo hice en unas horas el viernes por la noche, previo esquema, más unas horas del sábado para subir y pulir), sino para ver las tres pelis bloc de notas en mano. Pelis vistas a cachos, con interrupciones constantes, suerte que ya las había visto. Con absencito en casa es imposible ver una entera y seguida. O leer libros. O cualquier cosa. Ese es mi mayor problema con el blog. Lo ideal es la actualización diaria, y para eso debo hacer cabriolas y trampas. Creo que la idea del Simpsonario me es útil, aunque ya empiezo a barruntar la idea de tragarme todo Futurama papel en mano y preparar un nuevo diccionario. Si lo acabo haciendo, y con mi ritmo actual, verían el resultado dentro de un par de años. Dejen que me ría.
Otro detalle que me hace meditar es el hecho de que me siento más cómodo escribiendo de cine que de cómics. Y eso que si me dan a escoger me quedo con los tebeos. Yo lo atribuyo a que la narrativa gráfica es, en realidad, más complicada. O mejor, la gramática interna de lo audiovisual la tenemos más mamada. He leído muchos libros sobre cine (y lo he estudiado, de hecho, unas pocas asignaturas de Historia del cine). Sobre tebeos casi no existe material teórico al que agarrarse, y eso se nota.
Veo también que El Blog Ausente ha nacido rodeado de hermanitos, en pleno baby boom blogoesférico. Supongo que es bueno. Hasta el Capitán Spoulding se ha sumado al fenómeno (y aprovecha su post de hoy para arremeter contra Zoolander, así que ya saben dónde defenderla). Fiebre blogera al margen, veo que adultolescente decide aparcar el suyo. Una pena porque era uno de mis referentes iniciales y lo seguía. Pero es obvio que su responsable puede hacer con él lo que le de la gana. A los novatos nos recuerda que todo tiene un principio... y un final.
Y ahora sigo con la peli que estaba mirando. Estaban sodomizando a Hitler y un más que despierto absencito parecía tener la intención de no perder detalle del asunto. Me ha entrado como un pudor raro y he detenido el magnetoscopio.
También es cierto que me he esforzado en unos cuantos posteos y bueno es recoger los frutos. En la columna de al lado he añadido un nuevo apartado, Grandes Éxitos Ausentes, en el que linko para la posteridad algunos de los textos cuyo resultado me parece más gratificante. Me sabía mal que quedaran en el limbo de los archives mensuales.
Hace ya unos años que adquirí la manía de volver a mirar aquello de lo que voy a hablar. Eso hace que, por ejemplo, para redactar el post sobre los precedentes de Alien me haya pasado diez días. No para el hecho de escribir en sí (eso lo hice en unas horas el viernes por la noche, previo esquema, más unas horas del sábado para subir y pulir), sino para ver las tres pelis bloc de notas en mano. Pelis vistas a cachos, con interrupciones constantes, suerte que ya las había visto. Con absencito en casa es imposible ver una entera y seguida. O leer libros. O cualquier cosa. Ese es mi mayor problema con el blog. Lo ideal es la actualización diaria, y para eso debo hacer cabriolas y trampas. Creo que la idea del Simpsonario me es útil, aunque ya empiezo a barruntar la idea de tragarme todo Futurama papel en mano y preparar un nuevo diccionario. Si lo acabo haciendo, y con mi ritmo actual, verían el resultado dentro de un par de años. Dejen que me ría.
Otro detalle que me hace meditar es el hecho de que me siento más cómodo escribiendo de cine que de cómics. Y eso que si me dan a escoger me quedo con los tebeos. Yo lo atribuyo a que la narrativa gráfica es, en realidad, más complicada. O mejor, la gramática interna de lo audiovisual la tenemos más mamada. He leído muchos libros sobre cine (y lo he estudiado, de hecho, unas pocas asignaturas de Historia del cine). Sobre tebeos casi no existe material teórico al que agarrarse, y eso se nota.
Veo también que El Blog Ausente ha nacido rodeado de hermanitos, en pleno baby boom blogoesférico. Supongo que es bueno. Hasta el Capitán Spoulding se ha sumado al fenómeno (y aprovecha su post de hoy para arremeter contra Zoolander, así que ya saben dónde defenderla). Fiebre blogera al margen, veo que adultolescente decide aparcar el suyo. Una pena porque era uno de mis referentes iniciales y lo seguía. Pero es obvio que su responsable puede hacer con él lo que le de la gana. A los novatos nos recuerda que todo tiene un principio... y un final.
Y ahora sigo con la peli que estaba mirando. Estaban sodomizando a Hitler y un más que despierto absencito parecía tener la intención de no perder detalle del asunto. Me ha entrado como un pudor raro y he detenido el magnetoscopio.
Simpsonario (V)
Acciones
Llegan a estar por las nubes las de la central nuclear que han comprado los propios empleados, tras la venta de la empresa a unos industriales alemanes; el único que se queda con las manos vacias es Homer, que las vendió por una cantidad irrisoria en Burns vende la central.
Llegan a estar por las nubes las de la central nuclear que han comprado los propios empleados, tras la venta de la empresa a unos industriales alemanes; el único que se queda con las manos vacias es Homer, que las vendió por una cantidad irrisoria en Burns vende la central.
25.9.04
CONTAIS CON MI SIMPATÍA: LAS MAMÁS DE ALIEN
Grapadora Alien.
Alien, El Octavo Pasajero es una obra maestra. Sin paliativos. Recuerdo que la vi a los pocos días de su estreno, muy joven yo, y sin tener ni idea de lo que iba a ver, Y joder, qué puto disfrute. Una perfecta conjunción de terror y sci-fi con un guión bien trazado que atrapa al espectador y al poco lo deja abandonado ante la muerte de Dallas (personaje con el que se identifica al llevar el rol del liderazgo hasta ese momento). Visualmente impecable, lujosos diseños (Giger, Moebius) y una realización de Ridley Scott (ahora dudamos si fue casual) que narra perfectamente: en todo momento sabemos en qué parte de la nave están, que ese pasillo que recorren es de ida o de vuelta. Aunque hace mucho que no la recupero las decenas de veces que la he visionado (si, decenas) hacen que la recuerde muy bien.
Tanta maestría envuelve al filme de un halo de originalidad, de punto y a parte en el cine fantástico, que en realidad no es estrictamente tal o, mejor, no sólo Kill Bill juega a los referentes. Por cierto, y un poco al margen, hace ya años que absorto en la oficina me percaté de que el diseño de la cabeza del bicho es una grapadora. Eso lo tengo muy claro e intento demostrarlo con la foto que encabeza este artículo. Por lo que hace al guión, no debemos olvidar que el estupendo Dan O’Bannon es un pajero de tomo y lomo. Alien tiene tres claros precedentes fílmicos, procedentes de la mejor serie B, de los que toma muchas cosas, las agita y las regala al espectador sabiamente conjuntadas. He pasado unos días entregado a la visión de esos filmes pensando en un post extenso que festeje el primer mes de existencia de este blog. It!, The Terror from Beyond Space (1958), Queen of Blood (1966) y Terror en el espacio (1965) son, pues, los papás de Alien y cuentan con mi simpatía. Debo advertir que en los textos hay algún espoiler. No me gusta hacerlos pero la misma esencia de este texto, señalar similitudes o paralelismos, me obliga a ello.
IT!, THE TERROR FROM BEYOND SPACE (imdb link)
Dirigida por Edward L. Cahn, es la más tosca de las tres, también la más vieja. Cahn era un artesano de la serie B más B, casi Z. Cine Pulp de monstruos venidos del espacio (Invasion of the Saucer Men), cárceles de mujeres (Girls in Prison), rebeldía juvenil (Motorcycle Gang), delincuencia (Guns, Girls and Gangsters), féminas monstruosas (The She-Creature) y cualquier cosa que pudiera atraer al público palomitero de la época, sumando más de un centenar de evocadores títulos (Voodoo Woman, sin ir más lejos).
La película que nos ocupa seguramente es la más conocida, precisamente porque su esqueleto argumental sirve de base para el de Alien. Una nave terrestre acude a Marte a recoger al superviviente de una expedición anterior. Una vez en el planeta dejan la puerta de la bodega abierta (!) y se les cuela un monstruo que, ya de regreso, irá liquidando a la tripulación. Por cierto, el responsable del guión, Jerome Bixby, luego fue uno de los habituales en los créditos de las historias del Star Trek clásico.
No sólo el punto de partida argumental (la acción se sitúa en un hipotético 1973) es reciclado por la cinta de Ridley Scott. Dejando de lado el hecho de que el monstruo esté a punto de morir de manera similar, destaca la escena en que un par de los astronautas recorren los estrechos tubos de ventilación y son atacados por el bicho. También hay una primera víctima en la bodega y un cierto compadreo entre la tripulación, que incluso llegan a almorzar reunidos en una mesa. Hay un cierto realismo ambiental, no hay demasiados aparatos raros que hacen ping, el armamento que usan es convencional (llegando a explosionar alegremente granadas dentro de la nave). Aunque todo esto se debe, seguramente, a que el presupuesto era bastante paupérrimo.
Todos esos ramalazos de seriedad, como, por ejemplo, la escena en que salen al exterior del espacio e impera el silencio durante unos minutos, se desintegran con la criatura, el bicho, el marciano. Un homínido con piel de estropajo, un monstruo de caucho que no para de llevarse la mano a la cara posiblemente porque al actor se le desprende la máscara. También hay frases antológicas: “Marte es tan grande como Texas y tendrá sus monstruos, como Texas”; e incluso escenas que pueden haber inspirado otras películas: durante un buen rato el bicho está en el piso de abajo y acosa los tripulantes desde una trampilla que no puede abrir del todo. A mí me recordó Evil Dead.
No está del todo claro que llegara a estrenarse en nuestro país, aunque por internet he encontrado alusiones a hipotéticos títulos españoles como El terror del más allá o La amenaza de otro mundo. La película resulta entretenida y es una serie Z añeja y entrañable. Me consta que ha sido emitida por autonómicas y disponen de una buena edición en dvd en zona 1, subtitulada, dentro de la colección MGM Midnite Movies.
QUEEN OF BLOOD (imdb link)
Hay momentos televisivos que marcan a sus espectadores. En una tarde de sábado de principios de los 70 gente que sería pajera con los años se encontraba delante del televisor cuando emitieron una película titulada Planeta Sangriento. A todos nos dio mucho miedo y, pasados los años, he presenciado como algunas conversaciones llevaban a la pregunta ¿recuerdas una película que hicieron por la tele, que salía una vampira dentro de una nave espacial y que daba mucho miedo? Y tanto que me acuerdo. Y del miedo que pasé también.
La película era una modesta produción de la AIP (como la anterior) dirigida por un tipo interesante de escasa filmografía, Curtis Harrington. Ya desde los psicodélicos títulos de crédito, obra de John Cline, uno se percata que la peli tiene un magnífico look visual. Pero hay trampa. En la producción ejecutiva está el señor Roger Corman, que había comprado los derechos de un filme de sci-fi rusa simplemente para poder utilizar parte del metraje (efectos especiales, decorados, naves) por lo que uno nunca sabe qué es propio y qué no.
En esta ocasión la acción se sitúa en 1990 (a mi esto de las fechas me hace mucha gracia: demuestra la desmesurada esperanza en nuestros descendientes). El prota es un John Saxon que ya de joven tenía la misma cara de muñeco de cera y también sale un jovencísimo Dennis Hopper. Y la película tiene enormes virtudes en toda su parte final. Les explico. Unos alienígenas que vienen a tomar contacto con los terrestres se estrellan en Marte y una nave terrestre parte al rescate. A partir de aquí hay un cierto lastre narrativo porque Harrington quiere contar muy bien lo que pasa: que no hay supervivientes extaterrestres en Marte pero sí quizás en un satélite, Phobos, hacia el que parte una segunda nave. Naves por aquí, naves para allá que consumen buena parte del metraje y ralentizan la historia. Acaban recorriendo el agreste satélite (viento, inclemencia temporal) y rescatando a la única superviviente.
Florence Marly y Dennis Hopper en Queen of Blood
A partir de aquí empieza lo bueno. La vampira, interpretada por una inquietante Florence Marly, es genial. Los tripulantes (pocos) van cayendo en unas escenas sin duda magníficas. El ataque de la vampira (de la que han especulado su posible origen vegetal por su color verdoso clorofílico) a Robert Boon, avanzando por el pasillo de la nave, recuerda Nosferatu y es de una sugerente atmósfera. Según se acerca, el primer plano de su espectral rostro sonriente y ansioso es de los que se recuerdan toda la vida. También el descubrimiento por parte de la chica astronauta de como la vampira chupa a escondidas la sangre del brazo de Saxon vale la pena.
Bueno vale, mola un huevo, pero ¿las referencias a Alien se limitan a un planeta agreste y a tener suelta una vampira por la nave? Hay más, claro. El velado enfrentamiento entre hembras; el hecho de que desde la Tierra el jefe científico (Basil Rathbone nada menos) ordena que el especimen ha de llegar con vida pese al peligro que representa para la tripulación “¿Qué diferencia hay entre nuestra sangre y un bistec?”. Y los huevos. La extraterrestre es una reina ovípara y deja la nave llenita de huevos viscosos y palpitantes. Por cierto, que en el plano final sale Forrest J. Ackerman , el primer gran megapajero del cine fantástico, llevando alegre los huevos en una bandeja. Para acabar de cerrar el círculo, la peli tuvo una especie de remake (sólo en parte) llamada Lifeforce. Y sí, el guionista era el mismo que en El octavo pasajero, el gran O’Bannon. Lástima que Queen of Blood sea uno de esos títulos que lleva lustros pidiendo a gritos su recuperación en deuvedé. Yo, de momento, guardo mi copia televisiva como oro en paño.
TERROR EN EL ESPACIO (imdb link)
Mira tu por donde, uno de los claros referentes de Alien es una coproducción italo-española. Y a cargo del maestro Mario Bava. De las tres es la que tiene una ambientación más futurista. Los trajes de los astronautas, por ejemplo, son de cuero ajustado y solapas levantadas a lo Cantoná. Y visualmente está el esteta director italiano, un genio de la iluminación pop de serie B: las luces de los aparatitos, los paisajes del planeta, las nieblas perennes. Todo en esos tonos tan propios de Bava. Rojos, verdes, violetas, azules, amarillos, esmeraldas. Una iluminación tan ilógica como hermosa.
De nuevo tenemos extrañas señales desde un planeta captadas desde dos naves terrestres. La primera que acude se estrella. La segunda va en su rescate y también se estrella. En el planeta, rocoso, inclemente, los supervivientes de la segunda nave despiertan poseídos, atacándose entre ellos. Una vez pacíficados (por el protagonista, a hostias) descubren los cadáveres de los de la primera nave y luego descubren una segunda nave, muy antigua, también estrellada allí, en cuyo interior reposan los esqueletos gigantescos de sus tripulantes, muertos a los mandos, con rastros de violencia. De nuevo, una escena que inspirará la película de Ridley Scott.
La película de Bava tiene otra gran virtud para el pajero. Lo intangibles seres que habitan el planeta poseen a los visitantes cuando duermen, cuando pierden la consciencia... y cuando están muertos. Así The Planet of the Vampires (este es su título internacional más conocido) es también una película de zombies. Es genial la escena de la resurrección de los astronautas humanos muertos, saliendo de sus tumbas, a cámara lenta, enfundados en bolsas de cadávares.
Terror en el espacio no está exenta de cierta inocencia y de bastantes elementos que pueden inducir en algún momento a la sonrisa del espectador, en el mejor estilo de la serie B sin complejos. ¡Los meteoritos chillan en su viaje por el espacio! El casco de los astronautas son sencillamente cascos de moto pintado de amarillo (y recordemos que van en cuero ajustado). Las pelucas de las actrices, de inusitada verticalidad y volumen, desaparecen bajo cascos mucho más pequeños o incluso imposibles gorras de cuero.La nave alienígena gigante abre sus puertas nada menos que con un diapasón (de tamaño para manos humanas, por cierto). O los habitantes del planeta: son luces, farolillos que se mueven, globos luminosos en bavavisión que hacen fiu fiu. Y la actuación de los actores en algún momento también resulta algo crujiente (he rebobinado un par de veces una mirada de Barry Sullivan al escuchar unas cacofónicas cintas alienígenas: da mucha risa). Aún así es una pequeña maravilla que tiene una buena edición en zona 1 subtitulada.
Y hasta aquí he llegado. Alien tiene grandes virtudes. Algunas de ellas entran en el campo de lo pajero, en el homenaje al cine de ciencia-ficción más pop y sin complejos. Como debe ser.
24.9.04
Simpsonario (IV)
ACCIDENTES
Nucleares: Homer provoca muchos en su trabajo, ya desde los títulos de crédito o en los primeros episodios (La odisea de Homer). Automovilísticos: Bart es víctima del coche de Mr. Burns y acaba malherido en el hospital en Bart atropellado por un coche. De todo tipo: fortuitos o no, desastres naturales o personales, acompañan siempre a la familia Simpson.
Nucleares: Homer provoca muchos en su trabajo, ya desde los títulos de crédito o en los primeros episodios (La odisea de Homer). Automovilísticos: Bart es víctima del coche de Mr. Burns y acaba malherido en el hospital en Bart atropellado por un coche. De todo tipo: fortuitos o no, desastres naturales o personales, acompañan siempre a la familia Simpson.
23.9.04
LA GRANDEUR VUELA ALTO
He terminado estos días un tacote encuadernado de la revista Bravo que debía devolver a su legítimo propietario. Una pena que no sea mío, por cierto. Era una de las muchas revistas de Bruguera y se editó allá por 1968. Yo tenía dos años, por lo que no la leí en su momento. Envidio la posesión de semejante reliquia porque el interior del retapado incluye dos aventuras completas de Tanguy y Laverdure.
Mi intención hubiera sido preparar un poco mejor este post, y para documentarme rápidamente lo mejor era acudir al primer Yellow Kid, una magnífica publicación sobre tebeos que encuentro a faltar, dedicado al guionista francés Jean-Michel Charlier. Dejé ese número a un fanático del galo, me lo devolvió pero yo no lo coloqué en su sitio. Ahora no lo encuentro. En fin.
Tanguy y Laverdure es uno de los clásicos de la historieta franco-belga y una de las series de éxito de la revista Pilote. Dos pilotos de cazas del ejército de nuestros vecinos. Tanguy el héroe serio e inteligente, Laverdure el patán valeroso e intrépido. Caos y orden. Contrapuntos clásicos. Sus creadores no pueden ser mejores. Los guiones eran del gran Charlier, responsable de esas maravillas que son El Teniente Blueberry o Barbarroja. Es decir, un genio de la aventura. La verdad es que hasta con un tema que me interesa tan poco como la aviación (la culpa fue de mi incapacidad para el maquetismo) consigue tebeos de género entretenidos y trazados con tiralíneas. Todo esta en su sitio sin llamar la atención. Narrativa gráfica popular de fuste. En Tanguy y Laverdure básicamente se dedicaba a las historias de espionaje, de sabotajes industriales, de rescates. Con sus acrobacias, actos heroicos, emoción entre nubes y picados, malos muy malos y el humor de un Laverdure que siempre la armaba con sus bólidos deportivos.
La parte gráfica es sorprendente porque el primero de los dibujantes de la serie (los 6 primeros álbumes, creo) era Uderzo. Sí, el mismo que dibuja a Asterix. Aquí el registro es totalmente diferente. Realista. Con sus Mirage y demás aereoplanos ultrasónicos bien dibujados. Todo muy limpio. Es con el simpático Laverdure donde se nota su gusto por la caricatura y el humor. Quizá Uderzo se encontraba más encorsetado y cedió los lápices a Jijé, todo un experto. Luego vinieron otros, pero esos álbumes ya no los he visto ni ojeado.
Yo no sé que tiene el cómic de aventuras galo clásico que su lectura me resulta muy placentera. Me absorbe durante unas horas. A Tanguy y Laverdure los recuerdo de la sala de espera del médico al que me llevaban de pequeño. Allí tenían los dos álbumes de tapa dura que creo que llegó a sacar Bruguera. Y yo los leía a trozos, en cada visita. También recuerdo, vagamente, la serie de televisión que protagonizaron. Hubo un tiempo en que me dio por comprar integrales franceses. De estos ases de la aviación me compré los tres primeros (con tres aventuras cada uno). Pero yo los preferiría en castellano. No sé francés aunque entiendo algunas cosas, pero me pierdo la magia. La magia del Charlier guionista, porque me da la sansación de que este hombre ponía las palabras justas. Ni una más, ni una menos. Y si me pierdo unas palabras la magia se rompe. Una pena. No creo que los veamos publicados por aquí. Por eso envidio al poseedor del retapado de Bravo.
Por cierto, les dejo un enlace sobre estos caballeros del cielo.
Simpsonario (III)
ABUELO SIMPSON
Abe Simpson, padre de Homer y uno de los personajes más importantes de la serie. Reside en el Castillo del Jubilado de Springfield. Veterano de la 2ª Guerra Mundial. Miembro de la secreta asociación Los Canteros. Encausado judiacialmente por plagiar a Charles Chaplin. Descubridos de un tónico contra la apatía sexual.
Abe Simpson, padre de Homer y uno de los personajes más importantes de la serie. Reside en el Castillo del Jubilado de Springfield. Veterano de la 2ª Guerra Mundial. Miembro de la secreta asociación Los Canteros. Encausado judiacialmente por plagiar a Charles Chaplin. Descubridos de un tónico contra la apatía sexual.
22.9.04
Everybody smash up your seats and rock to this brand new beat
Leía en la prensa del lunes que el próximo 14 de diciembre se cumple el 25 aniversario del London Calling de los Clash. Para celebrarlo hay edición especial con las Vanilla Tapes, cintas grabadas mientras preparaban el disco, y un DVD con un documental dirigido por el jamaicano Don Letts.
El London Calling, fastuoso doble elepé al precio de uno, fue un disco muy importante para mí. Recuerdo que me lo prestaron cuando empezaba a coquetear con el punk, allá por 1982 y sin ser aún mayor de edad. Corrí a comprarlo al día siguiente. Me arrebató desde su primera canción. Fue el disco que abrió mis horizontes, que me descubrió que había algo más que lo que ponían en la tele o la radio. Durante años fue mi álbum favorito, tengo el vinilo que cuando lo pongo parece que haya un incendio de tanto crujido y aún hoy soy capaz de cantarlo de cabo a rabo, pese a que lo pongo muy de tarde en tarde.
Desde el primer tema, afilado como pocos, hasta el hecho de ver a una banda punk entragada a una gloriosa sección de vientos en muchos temas, jugueteando con el reggae, con los ritmos caribeños, con sus himnos punk, llamando a la revolución, con sus bajos hipnóticos provenientes del dub (¡The Guns of Brixton!) y, por supuesto el rock representado, ya de entrada, con esa irresistible versión de Brand New Cadillac o con una portada que nos remite a un célebre single de Elvis (y que luego ha sido retomada por Siniestro Total o los Focomelos). Uno de esos extraños discos en los que no sobra ni una canción (bueno, sí, Spanish Bomb de tan pegadiza cansa a la escucha cinco mil). Durante unos pocos años fueron La Banda de rock’n’roll del planeta, los mejores, y por eso merecen un respeto. Siempre.
El London Calling, fastuoso doble elepé al precio de uno, fue un disco muy importante para mí. Recuerdo que me lo prestaron cuando empezaba a coquetear con el punk, allá por 1982 y sin ser aún mayor de edad. Corrí a comprarlo al día siguiente. Me arrebató desde su primera canción. Fue el disco que abrió mis horizontes, que me descubrió que había algo más que lo que ponían en la tele o la radio. Durante años fue mi álbum favorito, tengo el vinilo que cuando lo pongo parece que haya un incendio de tanto crujido y aún hoy soy capaz de cantarlo de cabo a rabo, pese a que lo pongo muy de tarde en tarde.
Desde el primer tema, afilado como pocos, hasta el hecho de ver a una banda punk entragada a una gloriosa sección de vientos en muchos temas, jugueteando con el reggae, con los ritmos caribeños, con sus himnos punk, llamando a la revolución, con sus bajos hipnóticos provenientes del dub (¡The Guns of Brixton!) y, por supuesto el rock representado, ya de entrada, con esa irresistible versión de Brand New Cadillac o con una portada que nos remite a un célebre single de Elvis (y que luego ha sido retomada por Siniestro Total o los Focomelos). Uno de esos extraños discos en los que no sobra ni una canción (bueno, sí, Spanish Bomb de tan pegadiza cansa a la escucha cinco mil). Durante unos pocos años fueron La Banda de rock’n’roll del planeta, los mejores, y por eso merecen un respeto. Siempre.
Simpsonario (II)
ABEJORRO
Secundario no muy importante pero de presencia habitual. Actor mexicano siempre vestido de abejorro, es uno de los cómicos del Canal 8, la cadena de cable de Springfield. Normalmente es el que provoca risas al ser golpeado, abofeteado, maltratado... Bart también lo hará en Bart se hace famoso.
Secundario no muy importante pero de presencia habitual. Actor mexicano siempre vestido de abejorro, es uno de los cómicos del Canal 8, la cadena de cable de Springfield. Normalmente es el que provoca risas al ser golpeado, abofeteado, maltratado... Bart también lo hará en Bart se hace famoso.
Maintaining my blog (IV)
Como ven he añadido un montón de links, básicamente a blogs. Mi intención era añadir de uno en uno y dedicar un post o similar. Pero el tiempo se me tiraba encima. Espero hacerlo en un futuro, que a todos nos gusta que hablen de uno. Me viene muy bien tenerlos a todos ahí, a la izquierda. Es como un Favoritos y agiliza mis visitas. Espero que las de ustedes también. También he colocado un contador. En mi caso me mide el ego y debo decirles que estoy gratamente sorprendido. A las 24 horas justas llevaba 150 visitas, que imagino que deben ser unas 30-40 personas, o así, o no sé. Gracias a todos ustedes. Por cierto, telefónica me dejó sin linea en casa ayer por la mañana. Escribo esto desde el curro. Veremos si por la tarde se ha arreglado la situación.
21.9.04
Simpsonario (I)
"ABAJO CON LOS DEBERES"
Con este lema Bart provoca una revuelta estudiantil en el episodio Equipo Homer. El fracaso de la revuelta lleva al regreso de las batas escolares.
Con este lema Bart provoca una revuelta estudiantil en el episodio Equipo Homer. El fracaso de la revuelta lleva al regreso de las batas escolares.
SIMPSONARIO (intro)
Hace ya seis/siete años que viví mi más intensa etapa como redactor freelance. Siempre en plan pluriempleo, nunca profesional. La mayoría de lo que hice no tiene trascendencia, ni enjundia ni nada. Lo poco rescatable imagino que irá apareciendo por aquí de vez en cuando. Ahora es una actividad que tengo totalmente arrinconada (de hecho, el blog es una forma de obligarme a escribir, y sin las presiones del mundo periodístico, que por lo que pude constatar en mis carnes son enormes).
La cosa es que hice contactos y un buen día me llamaron para colaborar en un diccionario de los Simpson. Este diccionario era el fascículo que acompañaba las cintas de vídeo que formaban un coleccionable de quioscos. La editorial había comprado los derechos de un libro italiano escrito por un profesor universitario experto en semiótica. Mi trabajo consistía en lo siguiente: me llegaba la traducción italiana (hecha por alguien que nada sabía de las creaciones de Matt Groening) y yo debía constatar la entrada y adaptarla a la versión castellana de la serie. También me pidieron un buen número de entradas nuevas. La cosa acabó resultando mucho más complicada. El libro original tenía numerosos errores (de bulto y de otro tipo) y sólo hablaba de las tres primeras temporadas, la versión española contenía numerosas incongruencias de doblaje en sus inicios y, claro, los Simpson son de una enorme complejidad, ignota para los profanos. Fueron dos meses e dormir muy poco, cobrar menos y ni siquiera aparecer en los créditos pese a que en la práctica fueron muchas las entradas que tuve que reescribir, ampliar, modificar por entero o incluir y suerte tuve de tener grabada la práctica totalidad de la serie. Ni que decir tiene que el reproductor de vhs sacó humo. Ahora con los deuvedés hubiera sido más fácil, al menos para con las cuatro temporadas aparecidas hasta la fecha.
Al final resultó que el coleccionable no dio los resultados esperados, parte de mi trabajo se varió o eliminó y la editorial nunca más volvió a llamarme. Como mi deseo es que haya al menos una actualización diaria del blog he decidido rescatar de mi disco duro mi versión del diccionario e ir posteando una entrada al día. Si son más de 650 términos imaginen si tengo para meses. Espero que este complemento sea del agrado de todos ustedes y que incluso aporten su granito de arena en los comments respectivos. Ya verán que hay un poco de todo, que se podrían añadir muchísimas entradas más, que algunas de ellas se comunican o complementan entre ellas, que, obviamente, hay bastantes incorrecciones, que algunas son tontas, otras muy interesante, algunas de muy pajeras o de discutibles (que nunca viene mal), y que la cosa llega hasta la octava temporada más o menos. Yo, por mi parte, me limitaré a copiar lo que hice en su momento y garantizar así el post diario.
La cosa es que hice contactos y un buen día me llamaron para colaborar en un diccionario de los Simpson. Este diccionario era el fascículo que acompañaba las cintas de vídeo que formaban un coleccionable de quioscos. La editorial había comprado los derechos de un libro italiano escrito por un profesor universitario experto en semiótica. Mi trabajo consistía en lo siguiente: me llegaba la traducción italiana (hecha por alguien que nada sabía de las creaciones de Matt Groening) y yo debía constatar la entrada y adaptarla a la versión castellana de la serie. También me pidieron un buen número de entradas nuevas. La cosa acabó resultando mucho más complicada. El libro original tenía numerosos errores (de bulto y de otro tipo) y sólo hablaba de las tres primeras temporadas, la versión española contenía numerosas incongruencias de doblaje en sus inicios y, claro, los Simpson son de una enorme complejidad, ignota para los profanos. Fueron dos meses e dormir muy poco, cobrar menos y ni siquiera aparecer en los créditos pese a que en la práctica fueron muchas las entradas que tuve que reescribir, ampliar, modificar por entero o incluir y suerte tuve de tener grabada la práctica totalidad de la serie. Ni que decir tiene que el reproductor de vhs sacó humo. Ahora con los deuvedés hubiera sido más fácil, al menos para con las cuatro temporadas aparecidas hasta la fecha.
Al final resultó que el coleccionable no dio los resultados esperados, parte de mi trabajo se varió o eliminó y la editorial nunca más volvió a llamarme. Como mi deseo es que haya al menos una actualización diaria del blog he decidido rescatar de mi disco duro mi versión del diccionario e ir posteando una entrada al día. Si son más de 650 términos imaginen si tengo para meses. Espero que este complemento sea del agrado de todos ustedes y que incluso aporten su granito de arena en los comments respectivos. Ya verán que hay un poco de todo, que se podrían añadir muchísimas entradas más, que algunas de ellas se comunican o complementan entre ellas, que, obviamente, hay bastantes incorrecciones, que algunas son tontas, otras muy interesante, algunas de muy pajeras o de discutibles (que nunca viene mal), y que la cosa llega hasta la octava temporada más o menos. Yo, por mi parte, me limitaré a copiar lo que hice en su momento y garantizar así el post diario.
20.9.04
MUTANTES EN GALLUMBOS
Seguía Ultimate X-Men casi por rutina. Lo iba comprando y lo iba leyendo, pero sobre todo al inicio ni me convencían los nuevos perfiles de los personajes ni acababa de cogerle el tranquillo. Recordemos, por si usted no lo sabe, que la línea Ultimate va de volver a explicar la historia de los Héroes Marvel partiendo de cero y con una mentalidad actual. Pero así como Ultimate Spiderman estaba bastante divertido, con éstos como que me costaba. La tarea del guinista, Mark Millar, no era fácil. Son personajes muy sobados que durante unos cuantos años han ido dando bandazos de un lado a otro.
No hace demasiados días me leí de un tirón (algo que hago a menudo, acumular tebeos y luego leerlos seguidos) los números que incluían las Ultimate Wars y la saga El retorno del Rey. Y miren qué cosa, según iba leyendo lo iba disfrutando cada vez más hasta llegar a un punto en el que me encontré a mi mismo, frente al tebeo, completamente ausente en su interior, disfrutando porque iban a haber hostias, y de las buenas, entre estos X-Men rebozados y Magneto. Y sí, me gustaron las hostias y lo disfruté como un cosaco. Un extraño paréntesis en la rutina. Enseguida, en el números de epílogo y despedida del guionista, regresaba a la tónica que te hace seguir leyendo entretenido pero sin emoción, devolviendo de nuevo los personajes porque ya no eran míos. Pero antes hubo ese momento mágico, el ataque a la base del Polo Norte, no sé muy bien si porque me pilló en un extraño momento de paz interior en el que hubiera disfrutado cualquier cosa, si porque el arranque de epicidad de ese número (el 18 español, 30 y 31 USA) me emocionó o si porque Millar había planificado muy bien la historia pensando en ese clímax heroico. Fuera lo que fuese lo cierto es que me arrebató (desde un punto de vista de implicación a hostias, de lector en calzoncillos) como hacía días que no lo hacía un tebeo de la Marvel, aunque sólo fueran unas pocas páginas. Y es que los momentos épicos y grupales a veces me pueden. A ver que tal viene la etapa Bendis (que no sé cuándo leeré, por cierto).
Cíclope en gallumbos
No hace demasiados días me leí de un tirón (algo que hago a menudo, acumular tebeos y luego leerlos seguidos) los números que incluían las Ultimate Wars y la saga El retorno del Rey. Y miren qué cosa, según iba leyendo lo iba disfrutando cada vez más hasta llegar a un punto en el que me encontré a mi mismo, frente al tebeo, completamente ausente en su interior, disfrutando porque iban a haber hostias, y de las buenas, entre estos X-Men rebozados y Magneto. Y sí, me gustaron las hostias y lo disfruté como un cosaco. Un extraño paréntesis en la rutina. Enseguida, en el números de epílogo y despedida del guionista, regresaba a la tónica que te hace seguir leyendo entretenido pero sin emoción, devolviendo de nuevo los personajes porque ya no eran míos. Pero antes hubo ese momento mágico, el ataque a la base del Polo Norte, no sé muy bien si porque me pilló en un extraño momento de paz interior en el que hubiera disfrutado cualquier cosa, si porque el arranque de epicidad de ese número (el 18 español, 30 y 31 USA) me emocionó o si porque Millar había planificado muy bien la historia pensando en ese clímax heroico. Fuera lo que fuese lo cierto es que me arrebató (desde un punto de vista de implicación a hostias, de lector en calzoncillos) como hacía días que no lo hacía un tebeo de la Marvel, aunque sólo fueran unas pocas páginas. Y es que los momentos épicos y grupales a veces me pueden. A ver que tal viene la etapa Bendis (que no sé cuándo leeré, por cierto).
Cíclope en gallumbos
19.9.04
PEQUEÑOS VEHÍCULOS A MOTOR
Veo que un tema de actualidad son las carreras ilegales que se montan algunos millonarios por Europa. Primero tuvimos la Gumball y ahora la Cannonball (que imagino saca su nombre de la homínima película). Y es que esto de los vehículos de motor, la gasolina y la velocidad obceca a muchas personas, pudientes o no. En el cine han sido varias las carreras de este tipo. Y también ha habido muchas bandas de gamberros motorizados. Me hallaba yo meditando estas cosas que ha querido el destino que una televisión local de mi ciudad ha programado una de las escasa joyas raras de la cinematografía española: El Cochecito.
El italiano Marco Ferreri, a finales de los 50, quería dirigir y no podía, por lo que se vino a España, vaya usted a saber porqué. La cosa fue que, sin saber yo como, conoció a Rafael Azcona y éste acabó escribiendo su primer guión y aquel dirigiendo su primera película: El Pisito (de la que guardo buen recuerdo pero sólo eso, y que ya he puesto en la lista de futuras recuperaciones). La siguiente colaboración entre ambos sería El cochecito y Azcona se convertiría en El Guionista del cine español. Y es que enseguida se juntó con Berlanga y vinieron obras maestras como Placido, El Verdugo, creando un estilo de comedia coral que fue evolucionando con películas como Vivan Los Novios, La escopeta nacional y que adquiriría un premio simbólico con la oscarizada Belle Epoque, que al fin y al cabo tenía el mismo Guionista. La carrera de Ferreri la tengo más dispersa, aunque conseguiría un gran y polémico éxito con La gran comilona (¿adivinan quien era el responsable del Guión?).
El cochecito forma con Plácido y El Verdugo una trilogía de oro del cine español en una época en que éste era un erial. Y sorprende mucho que llegaran a estrenarse, que la censura no se diera cuenta de la mala leche soterrada con la que se retrataba la sociedad española. El gran Pepe Isbert es Don Anselmo, un viejecito que envidia a sus amigos incapacitados. La incipiente modernidad les ha traído monoplazas a motor y él quiere uno. Los disminuidos hacen concentraciones (como los mods scooteristas, como los de las Harleys) y se van al monte a merendar. Pepe Isbert no puede acompañarles. Don Anselmo es, en el fondo, un adolescente rebelde. Que roba a su familia, que la chantajea emocionalmente, que es capaz de todo. Los norteamericanos tenían a James Dean, o mejor, a Marlon Brando encabezando a un grupo de motoras en Salvaje, nosotros a Pepe Isbert en su paupérrimo monoplaza seguido de una horda de tullidos. Parece gracioso, sí, gracia de humor negro también, pero el final de la película es tan demoledor, pese a ser una gran elipsis, que nos lleva directamente a la España Negra, Guardia Civil incluida.
Buscando información por el google me he encontrado esta web dedicada a Rafael Azcona. Si remenan por ahí encontrarán bastantes textos, ensayos y hasta algún relato de cuando el Guionista estaba en La Codorniz.
18.9.04
SUPER DROGA
Aproveché las vacaciones para leerme Alias. Seguido, con pocas interrupciones. Alias pertenece al sello MAX de Marvel, el enésimo intento de dotar de tamiz adulto los héroes de la autodenominada Casa de las ideas. De hecho, Alias es (era) el buque insignia de la línea y sus responsables son Brian Michael Bendis y Michael Gaydos. Editada por Planeta en una colección de 14 números que reúne los 28 norteamericanos.
Gaydos es un dibujante muy poco espectacular, que no llama la atención. Pero es ideal dado que aquí la estrella es Bendis. El guionista diseña y Gaydos tan sólo ejecuta. Bendis está de moda. Hace varios años que está de moda. Hay aficionados que empiezan a estar hartos de Bendis. Yo no. Yo disfruto bastante con Bendis. Reconozco que tiene algunas constantes que pueden aburrir a algunos: desinterés por la resolución final de la trama, sus diálogos tan característicos. ¿Característicos? Sí. Ah, característicos.
Pero vayamos a por Alias, con la que he disfrutado, insisto, por varios motivos. Digamos que Bendis se inventa un personaje secundario y le da colección propia. Jessica Jones tiene superpoderes (que no son gran cosa, por cierto), no le gusta disfrazarse y trabaja de investigadora privada. Su inmersión en el Universo Marvel es magistral: no la conocemos de nada pero poco a poco parece como si siempre hubiera estado ahí, en tercer plano, secundaria, como muchos de los personajes con los que interacciona: el segundo Hombre Hormiga, las primera y tercera Spiderwoman, Luke Cage, el Hombre Púrpura, Carol Danvers (a la que ya dediqué una slíneas). Y también con otros que más bien son iconos potentes de Marvel, como Los Vengadores y Daredevil (algunos hechos de la colección de éste también se narran aquí, desde otro punto de vista, lo que no está mal).
Son varias cosas más las que que me han gustado mucho de la historia. Así que ahora hago un poco de spoiler. Avisados quedan. Es un poco idiota decir que un tebeo es adulto porque hay sexo. Eso es lo que se creen los americanos. Aquí hay sexo, por lo que dicen que es adulto. Pero bueno, sin caer en esa tontería, la protagonista alterna de Luke Cage al segundo Hombre Hormiga, que le viene recomendado por Miss Marvel. Toda una subtrama con sorpresa final que se prolonga a lo largo de todos los números. Pero son sobre todo dos detalles argumentales los que quiero destacar. Uno es la pasada relación del Hombre Púrpura y la protagonista. Recordemos que el villano se distingue por someter a sus víctimas a su poder mental. Éstas son conscientes pero no pueden evitar hacer aquello que el Hombre Púrpura desea que hagan. Jessica fue víctima casi adolescente y digamos que la mentalidad del villano es sumamente perversa.
El segundo detalle argumental que me ha dejado boquiabierto es una idea del arco argumenta que rescata a la joven Spiderwoman, la tercera, de la pésima etapa arácnida de John Byrne. La idea es sacar droga del adn superheroico. Mezclarlo con sustancias quimicas. Incrementar efectos. Cebollones radioactivos. El concepto de la superdroga lo ha exportado Bendis a la colección de Daredevil, pero es en Alias donde lo ha mostrado de manera sumamente perturbadora, inquietante. Quién coño espera, al girar la página del tebeo, encontrarse con la imágen que les adjunto al final del post. La pequeña arácnida (una adolescente huérfana) drogada, abducida por camellos que hurgan en su herida. Sí hurgan, le introducen pinzas en su carne, le sacan cachitos, los mezclan con crack y se lo fuman. Wow!. Debo reconocer que me quedé patidifuso y que la escena me acompañó durante varios días. Superhéroes en la vena, ni más ni menos. Y que a Bendis le agrada humillar jovencitas. Quién lo iba a decir.
La carne de la pequeña Mattie
Gaydos es un dibujante muy poco espectacular, que no llama la atención. Pero es ideal dado que aquí la estrella es Bendis. El guionista diseña y Gaydos tan sólo ejecuta. Bendis está de moda. Hace varios años que está de moda. Hay aficionados que empiezan a estar hartos de Bendis. Yo no. Yo disfruto bastante con Bendis. Reconozco que tiene algunas constantes que pueden aburrir a algunos: desinterés por la resolución final de la trama, sus diálogos tan característicos. ¿Característicos? Sí. Ah, característicos.
Pero vayamos a por Alias, con la que he disfrutado, insisto, por varios motivos. Digamos que Bendis se inventa un personaje secundario y le da colección propia. Jessica Jones tiene superpoderes (que no son gran cosa, por cierto), no le gusta disfrazarse y trabaja de investigadora privada. Su inmersión en el Universo Marvel es magistral: no la conocemos de nada pero poco a poco parece como si siempre hubiera estado ahí, en tercer plano, secundaria, como muchos de los personajes con los que interacciona: el segundo Hombre Hormiga, las primera y tercera Spiderwoman, Luke Cage, el Hombre Púrpura, Carol Danvers (a la que ya dediqué una slíneas). Y también con otros que más bien son iconos potentes de Marvel, como Los Vengadores y Daredevil (algunos hechos de la colección de éste también se narran aquí, desde otro punto de vista, lo que no está mal).
Son varias cosas más las que que me han gustado mucho de la historia. Así que ahora hago un poco de spoiler. Avisados quedan. Es un poco idiota decir que un tebeo es adulto porque hay sexo. Eso es lo que se creen los americanos. Aquí hay sexo, por lo que dicen que es adulto. Pero bueno, sin caer en esa tontería, la protagonista alterna de Luke Cage al segundo Hombre Hormiga, que le viene recomendado por Miss Marvel. Toda una subtrama con sorpresa final que se prolonga a lo largo de todos los números. Pero son sobre todo dos detalles argumentales los que quiero destacar. Uno es la pasada relación del Hombre Púrpura y la protagonista. Recordemos que el villano se distingue por someter a sus víctimas a su poder mental. Éstas son conscientes pero no pueden evitar hacer aquello que el Hombre Púrpura desea que hagan. Jessica fue víctima casi adolescente y digamos que la mentalidad del villano es sumamente perversa.
El segundo detalle argumental que me ha dejado boquiabierto es una idea del arco argumenta que rescata a la joven Spiderwoman, la tercera, de la pésima etapa arácnida de John Byrne. La idea es sacar droga del adn superheroico. Mezclarlo con sustancias quimicas. Incrementar efectos. Cebollones radioactivos. El concepto de la superdroga lo ha exportado Bendis a la colección de Daredevil, pero es en Alias donde lo ha mostrado de manera sumamente perturbadora, inquietante. Quién coño espera, al girar la página del tebeo, encontrarse con la imágen que les adjunto al final del post. La pequeña arácnida (una adolescente huérfana) drogada, abducida por camellos que hurgan en su herida. Sí hurgan, le introducen pinzas en su carne, le sacan cachitos, los mezclan con crack y se lo fuman. Wow!. Debo reconocer que me quedé patidifuso y que la escena me acompañó durante varios días. Superhéroes en la vena, ni más ni menos. Y que a Bendis le agrada humillar jovencitas. Quién lo iba a decir.
La carne de la pequeña Mattie
17.9.04
LOS OTROS, ENMASCARADOS (o de cómo Santo conoció a la oveja Dolly)
Si se pasan por aquí a diario, verían que ayer no actualicé el blog. Segundo día que fallo. Tampoco me quejo. Yo ya lo dije el primer día. Entro en fase de mucho trabajo, escaso tiempo libre y encima a doña absenta Se le ha acabado ya la baja maternal. Pero soy hombre de recursos. Y mientras me miro unas pelis para un futuro y extenso post, se me ocurren algunas ideas básicamente similares a la que sigue.
Durante unos años Spaulding (otra vez él, mierda, el porcentaje de textos en que aparece empieza a darme asco) y yo nos dedicamos a acaparar películas de luchadores mexicanos como posesos. Conseguimos, entre ambos, una bonita colección de copias regulares salidas de los avernos de las cadenas charras. Al final, todas esas cintas acabaron formando parte de un ciclo del Brigadoon de Sitges (hasta el año pasado un conjunto de carpas reconvertidas en salas de video gratuitas que forma parte del Festival de Sitges) que funcionó bastante bien. A cambio nos propusieron escribir un textillo para el Diario del Festival. El mío fue el que les pego a continuación y lo he recuperado de las catacumbas de mi disco duro. Es de 1998, lo pongo como fue, con sus fallos y virtudes, y así posteo algo. Y sirve como texto más o menos introductorio a un tema que sin duda aparecerá de vez en cuando en forma de reseñas de películas o en forma de vaya usted a seaber qué análisis pajeros. Ah! Les dejo un enlace con unas pocas biografias de los mentados a continuación.
LOS OTROS ENMASCARADOS (o de cómo Santo conoció a la oveja Dolly)
Al menos por lo que a nuestro país hace, la majestuosa presencia de Santo, el Enmascarado de Plata, ensombreció la existencia de una legión de clones a cuál más psicotrónico. Todos ellos eran la fotocopia de un héroe, Santo, que ya por de por sí absorbía cualquier referente extranjero que pudiera ser explotado: cine de terror, agentes secretos, encanto pop, dobles versiones con desnudos y hasta karatekas en sus últimas películas. Aunque, cuando se trata de contemplar delirios de serie Z, ¿para qué acudir al original si puedes disfrutar de la copia aún más barata?
Neutrón, Blue Demon, el Mil Máscaras, Superzán, Tinieblas, sin olvidar versiones femeninas del calibre de Las Luchadoras o La Mujer Murciélago, vivían en un país, Méjico, que aunaba pasión por la lucha libre, un público inocente y una industria cinematográfica modesta pero sugerente, repleta de directores capaces de rodar cualquier cosa (Chano Ureta, René Cardona, Rogelio Agrasánchez, Alfredo B. Crevenna o Federico Curiel). También había algo de pueril rivalidad fronteriza. La mejor defensa contra el Capitán América o Batman (allí conocido como Bruno Díaz) era contar con una nutrida galería de héroes propios y mejor si eran de carne y hueso, reales, que vivían unidos a su máscara como si tal cosa.
Blue Demon fue el más digno sucesor de Santo, con quien hizo tándem en numerosas películas, quizá las mejores. De hecho, en la delirante “Blue Demon contra el poder satánico” Santo realizaba un breve cameo para darle una muy torera alternativa (que no fue la única en la carrera del plateado: años más tarde se la dio a su hijo). El entrañable Blue Demon fue el único enmascarado mejicano capaz de mantener el mismo porte elegante que su compañero, aunque a veces jugara un rol secundario y casi siempre fuera el amigo al que había que rescatar, como en la indispensable “Santo y Blue Demon contra los monstruos”. Protagonizó más de 25 títulos y con los años también le crecieron los michelines, le pusieron un ayudante tonto y se vio envuelto en producciones tan delirantes como “La invasión de los Muertos”, junto a un tal Zovek (una mezcla de budista, Houdini de baratillo y nativo adicto al peyote) con el que no llegaba a encontrarse jamás (porque murió antes de finalizar el rodaje, siendo Blue Demon el recambio de urgencia) y en la que, sencillamente, no se enteraba de nada.
El Mil Máscaras es otra figura básica del género. Era el tercero en discordia y sin duda el más excéntrico. Su nombre provenía de su afición a cambiarse de máscara con bastante frecuencia, luciendo diseños de lo más psicodélicos, además de una chaqueta de lentejuelas propia de un Elvis en plena fase decadente. Su nombre aparece por lo menos en dos títulos clásicos: “Las momias de Guanajuato”, junto a Santo y Blue Demon, y “Las Vampiras”, toda una joya trash con un John Carradine encarnando a un Conde Drácula tan octogenario como patético rodeado de vampiras danzarinas.
Exceptuando a Neutrón, el resto de los luchadores enmascarados carecían del carisma de los anteriores. En numerosas ocasiones suplían su más bien mediocre presencia y popularidad con películas que reunían a un buen puñado de ellos. Un buen ejemplo es “El Castillo de las momias de Guanajuato”, un delirio que define claramente la decadencia del género, con tres armarios integrales (Tinieblas, Superzán y Blue Angel), un presupuesto aún más paupérrimo si cabe y un hilarante número de cabaret a cargo de la neumática Zulma Faiad.
En el apartado de las chicas, además de la siempre grata presencia de Lorena Velázquez en numerosos títulos, mención especial merece “La Mujer Murciélago”, toda una delicia a recuperar, protagonizada por Maura Monti e indispensable para quienes disfruten con el Batman más pop, el de Adam West, o con las escenas submarinas de “Operación Trueno”
Todas las películas protagonizadas por los esforzados y modestos profesionales de la lucha libre mejicana seguían esquemas parecidos y exhibían un nulo sentido del ridículo. Argumentos gozosamente absurdos; escenas de ring en los primeros minutos; algún número musical o escena situada en un guateque o discoteca; contaban con el pérfido mad doctor de turno, amigo de alucinados planes de conquista; a sus órdenes, un variopinto ejército de secuaces que se nutría de enanos, zombies, vampiras, mujeres fatales, monstruos clásicos, infelices hipnotizados, mafiosos y delincuentes de poca monta. Tras un buen puñado de encontronazos sin sentido, el héroe acudía al rescate, culminando en un (anti)clímax final, en el interior de un laboratorio o castillo que siempre acababa pasto de las llamas.
Desgraciadamente, el género de los luchadores enmascarados mejicanos murió a principios de los Ochenta, junto a los cines de barrio y buena parte de los mejores títulos de lo que ahora conocemos como trash, cine psicotrónico, serie Z o encantadora subcultura de consumo.
15.9.04
LA FAMILIA DA ASCO: 16 razones para odiar a Spaulding
No sé si ustedes se han fijado en la presencia de un tal Spaulding por los comments de mi blog. Primero dijo que me salían granos en el culo por comer comida coreana. Ayer mismo le pudimos leer algo que casi suena a herejía: “La verdad es que las dos películas con las que más he disfrutado esta temporada son Mistyc River y Mar Adentro. Kill Bill quedaría en un lugar de honor, pero a cierta distancia.” ¡Fíjense! ¡Mar Adentro es mejor que Kill Bill! No puedo razonarle con autoridad porque la de Amenabar no la he visto, pero como afrenta a lo pajero es un rato gorda.
Spaulding es mi cuñado. O lo que es lo mismo: es el tio de absencito. Spaulding es hombre de cine. De hecho, ha visto más películas que yo. Eso sí, aunque a veces coincidimos, no compartimos los mismos gustos. Él es como más clasicote, pero sin pasarse. También tiene mucho sentido del humor. Pero ¡ai de tí si te gusta algo que a él le repugna! Es preferible llamarle cabrón a afirmar en su presencia que Carretera perdida es una obra maestra. Las chispas saltan que da gusto
Movido por una reconocida envidia, aunque yo también le animé a ella, el señor Spaulding ha decidido crear su propio blog, el Spaulding’s blog. Yo, desde aquí, les animo a que lo visiten con frecuencia. ¿Razones para ello?
1- Porque sabe de cine y ha visto pero que muchas muchas películas.
2- Porque lo frecuenta con asiduidad y, por tanto, es buen referente para la actualidad.
3- Porque sé que se cuidará muy mucho de soltar spoilers, es decir, es respetuoso para con las tramas.
4- Porque cuando se ponga las pilas hará gala de su humor gamberro, pese a sus años.
5- Porque seguro que generará polémicas, y eso siempre es divertido.
6- Porque es absolutamente independiente y sólo se deja influenciar por él mismo.
7- Porque le gusta Sonrisas y lágrimas y Frank Capra.
8- Porque en el fondo es un pedazo de pajero. Qué coño en el fondo, es un pajero de tomo y lomo, solo que de otra dimensión.
9- Porque una vez, en el festival de Sitges, le confundieron con Guillermo del Toro y le pidieron un autógrafo.
10- Porque es amigo de Carlos Pumares.
11- Porque una vez iba en coche escuchando la radio y sonó una canción de la Elèctrica Dharma. Su comentario fue: “A ver si se muere el flautista de una puta vez”. Aquel mismo día al flautista le dio un síncope en el escenario y estiró la pata.
12- Porque odia el punk, la tecnomierda y la mayoría del cine oriental pasado y actual.
13- Porque descubrió el cine basura con Santo contra los monstruos y a partir de ahí, con mi atenta colaboración, se ha convertido en todo un gourmet.
14- Porque el hijoputa se ha fabricado él mismo una base de datos con todo lo que ha visto en los últimos veinte años como mínimo, comentario crítico incluido, disponiendo así de información inmediata de miles de películas.
15- Porque me follo a su hermana.
16- Porque a menudo sus opiniones son de lo más sorprendente, o inesperadas.
Así que ya saben. Sigan mi consejo. Tóquenle los cojones, por favor
Spaulding es mi cuñado. O lo que es lo mismo: es el tio de absencito. Spaulding es hombre de cine. De hecho, ha visto más películas que yo. Eso sí, aunque a veces coincidimos, no compartimos los mismos gustos. Él es como más clasicote, pero sin pasarse. También tiene mucho sentido del humor. Pero ¡ai de tí si te gusta algo que a él le repugna! Es preferible llamarle cabrón a afirmar en su presencia que Carretera perdida es una obra maestra. Las chispas saltan que da gusto
Movido por una reconocida envidia, aunque yo también le animé a ella, el señor Spaulding ha decidido crear su propio blog, el Spaulding’s blog. Yo, desde aquí, les animo a que lo visiten con frecuencia. ¿Razones para ello?
1- Porque sabe de cine y ha visto pero que muchas muchas películas.
2- Porque lo frecuenta con asiduidad y, por tanto, es buen referente para la actualidad.
3- Porque sé que se cuidará muy mucho de soltar spoilers, es decir, es respetuoso para con las tramas.
4- Porque cuando se ponga las pilas hará gala de su humor gamberro, pese a sus años.
5- Porque seguro que generará polémicas, y eso siempre es divertido.
6- Porque es absolutamente independiente y sólo se deja influenciar por él mismo.
7- Porque le gusta Sonrisas y lágrimas y Frank Capra.
8- Porque en el fondo es un pedazo de pajero. Qué coño en el fondo, es un pajero de tomo y lomo, solo que de otra dimensión.
9- Porque una vez, en el festival de Sitges, le confundieron con Guillermo del Toro y le pidieron un autógrafo.
10- Porque es amigo de Carlos Pumares.
11- Porque una vez iba en coche escuchando la radio y sonó una canción de la Elèctrica Dharma. Su comentario fue: “A ver si se muere el flautista de una puta vez”. Aquel mismo día al flautista le dio un síncope en el escenario y estiró la pata.
12- Porque odia el punk, la tecnomierda y la mayoría del cine oriental pasado y actual.
13- Porque descubrió el cine basura con Santo contra los monstruos y a partir de ahí, con mi atenta colaboración, se ha convertido en todo un gourmet.
14- Porque el hijoputa se ha fabricado él mismo una base de datos con todo lo que ha visto en los últimos veinte años como mínimo, comentario crítico incluido, disponiendo así de información inmediata de miles de películas.
15- Porque me follo a su hermana.
16- Porque a menudo sus opiniones son de lo más sorprendente, o inesperadas.
Así que ya saben. Sigan mi consejo. Tóquenle los cojones, por favor
14.9.04
MISTERIOS CHINOS, LOS CUATRO DEDOS DE LA FURIA y COSAS DE BEATRIX Y SU CACHORRA
Ayer escribía que el placer cinéfilo de Amanecer de los muertos sólo había sido superado este año por las dos entregas de Kill Bill. Pese a las ganas que tenía de ver el Volumen 2 la llegada de absencito me impidió acudir al cine. La cosa, pero, tuvo pronta solución gracias a la globalización. El deuvedé hace ya un tiempo que está a la venta en zona 1 subtitulado al castellano, lo recibí el mismo día que se editaba en Canadá y me salió bastante barato. Y, claro, la familia ausente se preparó un domingo de órdago: fideua de marisco, Rioja del 2000 y doble sesión: los volúmenes uno y dos de esta nueva obra maestra del señor Tarantino. La primera era ya la tercera vez que la veía, y sigue siendo la hostia. La segunda también es la hostia, aunque necesito más pases para hablar de ella con propiedad. Vaya por delante que es muy buena, lo suficientemente diferente de la primera y continua, aunque en menor medida, con el sabio uso de la música, brillando especialmente la procedente de los espagueti westerns de los 70. Por cierto, el deuvedé incluye una escena eliminada, un flashback de difícil ubicación en el metraje en el que vemos a David Carredine enfrentarse a un negro y sus ayudantes en un decorado de soja-western. “Tu has matado a nuestro maestro y debemos vengarlo”. La escena está muy bien y es una pena que quedara fuera del montaje definitivo. Volveré, en parte, a los soja-westerns o películas de chinos de la vieja escuela al final de este texto.
No es éste un post dedicado al Volumen Dos sino a algunos de los referentes tarantinianos. Recordarán que la niña prefiere ver Shogun Assassin a dibujos animados. Eso es educación pajera desde la más tierna infancia. La película que ve la pequeña era un machambrado perpetrado por un tal Robert Houston de las dos primeras adaptaciones cinematográficas del clásico del manga El Lobo Solitario y su cachorro: Lone Wolf and Cub: Sword of Vengeance y Lone Wolf and Cub: Baby Cart at the River Styx. Desde aquí les recomiendo que si tienen interés prescindan del corta y pega americano y vayan directamente a los originales (y ya puestos al resto de adaptaciones, que creo que en total eran seis pelis). Yo sólo vi la primera y creo que repetiré dentro de poco. Pero repetiré (y buscaré al menos la siguiente) no por Kill Bill sino por el manga, que por fin está siendo publicado en nuestro país. Leí hace bien poco el primer volumen y me ha dejado con muchas, muchas ganas de continuar. El guiño de Tarantino es evidente, además, porque Lobo Solitario narra las aventuras de un samurai mercenario que va acompañado de su hijo de tres años. De hecho, Camino a la perdición (el filme con Tom Hanks y Paul Newman) adaptaba una novela gráfica que a su vez era un nada discreto homenaje al manga de Kazuo Koike.
El otro referente del que quería hablarles es, en parte, un lejano recuerdo y un misterio. Yo viví la fiebre amarilla de mediados de los setenta. Cientos de películas “de chinos” inundaron los cines de barrio. La primera que vi fue, de hecho, estrenada antes que Karate a muerte en Bangkok y, por tanto, anterior a la explosión bruslininana. Se llamaba Los cuatro dedos de la furia y seguía el esquema que luego sería clásico en tantas y tantas películas de la vieja escuela, las llamadas soja-westerns por su evidente deuda con los espaguetis. Enfrentamientos entre escuelas de karate, una buena y otra mala, muerte del maestro y/o del amigo del bueno, venganza solitaria del superviviente con un explosivo duelo final entre el malvado maestro de la escuela rival y el “bueno”.
Pese a que debe hacer unos treinta años que la vi conservo vivas en mi memoria algunas imágenes de Los cuatro dedos de la furia: el entrenamiento del bueno, sediento de venganza, clavando sus dedos durante meses en la arena, sangrando, quemando sus manos para endurecerlas, rompiendo maderas con ellos; y el combate final, bastante sangriento dado que nuestro héroe acababa atravesando con sus cuatro dedos el corazón del villano de la función. Los paralelismos con el volumen dos de Kill Bill son, pues, evidentes. Durante muchos años pensé que la película era Five Fingers of death (1973), el clásico protagonizado por Lo Lieh. Las señales eran claras: títulos parecidos y el hecho de que fue la película que desató la moda amarilla en los EE.UU., preparando el terreno al inminente desembarco del bueno de Bruce Lee. Pues resulta que al parecer podría no ser así. Con el tiempo descubrí que con el título de Los cuatro dedos de la furia se estrenó en nuestro país otra película: King Boxer (1971), protagonizada por Jimmy Manfei y el japonés Yasuaki Kurata (un caso curioso de japonés que compaginaba apariciones en pelis chinas, de ninjas, japonesas de Sonny Chiba y que sigue aún en activo: le vi en So close). Para añadir más confusión al asunto ese título también se aplica en algunos países a la de Lo Lieh (que, entonces, no recuerdo haber visto y que se estrenó en nuestro país con el sugestivo título de Mano de hacha) y, de hecho, en algunas webs se incluye, seguramente por la misma confusión, a Yasuaki Kurata los créditos de las dos peliculas y en ambas sería el pérfido japonés a batir. Todo un misterio, pues, dado que ambas tienen argumentos con puntos en común, cosa nada extraña en la cinematografía oriental de los 70, tan dada a explicar la misma historia varias veces. Yo sólo sé que me gustaría volver a ver aquella escena de perforación pectórica digital.
No es el primer misterio del cine de chinos al que me enfrento. Cuando recuperé hace unos años la maravillosa El luchador Manco (la más conocida de las varias que protagonizó Jimmy Wang Yu), con su espléndida y pajera galería de villanos, me di cuenta de que no era la película que yo recordaba. No era el único equivocado. Yo y otras personas (pregunté mucho sobre el asunto hace unos años) recordábamos una espectacular pelea en un puente en el que un espadachín manco se enfrentaba a cientos de chinos. Una cosa exageradísima. Para algunos ese era el luchador manco. Pues no. Se trataba, en realidad, de The New One Armed Swordman, estrenada por estos lares como La furia del tigre amarillo. Si todo va bien, Manga tiene previsto recuperarla pese a la reestructuración de su colección de clásicos de los Shaw Brothers (El luchador Manco de Wang Yu más recordado, hay varios, era de la productora rival, la Golden Harvest). Yo desde aquí ya estoy impaciente, pese a tener el vhs británico. Hará cosa de un año, en un amanecer dópico, le puse la batalla del puente a un amigo, sin saber si la vio en su momento. Mi amigo no es un pajero, pero sí de mi generación y sabía que en su adolescencia también frecuentaba los programas dobles. Se emocionó y hasta sus ojos enrojecieron al contemplar aquel puente sembrado de un rastro cadáveres. “¡Pero tío, si esto lo vi yo de crio y pensaba que nunca más lo volvería a ver!”. Y yo me sentí como Tai Pei, o mejor, como Pedro/Will More enseñando los cromos de Las minas del rey Salomón. Aunque en vez de con negros, con amarillos.
13.9.04
EL TEMBLEQUE
No pude resistir demasiado y me lancé presuroso a por la edición en dvd de Amanecer de los muertos. Al fin y al cabo es junto a Kill Bill el mayor placer cinéfilo que he disfrutado en mucho tiempo. Ayer noche, en la soledad de un hogar sin familia ausente, me zambullí de nuevo en esta joya zombi. La algarabía continua: la película resiste perfectamente un segundo visionado, aún más, mi fanatismo por ella alcanza cotas de pajerismo peligroso. Es enorme.
No voy a ponerme a loar los motivos porque éstos ya los explicitó con la maestría que le caracteriza el señor Tones en su focoblog con un post de antología: Las 50 razones de Amanecer de los muertos.
Así pues insisto, la película y sus virtudes siguen ahí y el disfrute es como mínimo el mismo, y diría que más. La edición del dvd es estupenda y desde aquí se la recomiendo. Incluye unas cuantas escenas y diálogos que no estaban en la versión estrenada en cines. Algunas las había encontrado a faltar en su momento, como la huida de la armeria, que era como muy brusca (ahora se explica), o la entrada en el centro comercial. Otras agrgan detalles a los personajes o incrementan el volumen de sangre. Para más detalles sobre las escenas añadidas lo mejor es que se dirijan a otro blog indispensable, el de adultolescente, dado que en los coments de su reseña del dvd ha detallado las nuevas escenas según el audiocomentario del director. Yo sólo puedo decir que algunos de los añadidos realzan el carácter súmamente gamberro del filme: la confesión gay del organista, la extensión del discurso del iluminado telepredicador.
Respecto a los extras, los referidos a efectos de maquillaje son estupendos: El despertar de los muertos describe muy bien las complejidades de tener un montón de muertos por maquillar y lo divertido que tiene que ser ser zombi en una peli: uno de mis sueños pajeros por excelencia; El ataque de los muertos vivientes presenta el trabajo para con seis de los resucitados más destacables del filme (el zombi manco, la gorda) y Terribles dolores de cabeza: Anatomía de las cabezas que explotan tiene un título lo suficientemente explícito para que yo no tenga nada que decir al respecto.
Hay dos extras más a los que tenía ganas pero que me han decepcionado un poco. Uno es La cinta perdida: La revelación de los últimos días de Andy, en el que el genial armero relata a la cámara alguna de sus impresiones desde su encierro. Me ha parecido algo pobre y sobreactuado. Casi hasta diría que le hace un flaco favor al personaje. Bastante mejor está Boletín especial: ¡Interrumpimos este programa! que introduce los especiales informativos que aparecen en la película (muy importante la relación del filme con la tv, como ya pasaba en el original Zombie de Romero) en el marco de un boletín informativo más amplio. Mi decepción viene porque pensaba que ambos eran descartes de la película y no, están hechos en su mayor parte expresamente para el dvd. Y se nota.
Además del audiocomentario subtitulado (menos mal) el dvd se completa con un extra de escenas eliminadas comentadas por el director y del trailer de Shaun of the dead, comedia británica que, la verdad, tiene pinta de ser la mar de divertida. Pero, joder, que buena es Amanecer de los muertos.
No voy a ponerme a loar los motivos porque éstos ya los explicitó con la maestría que le caracteriza el señor Tones en su focoblog con un post de antología: Las 50 razones de Amanecer de los muertos.
Así pues insisto, la película y sus virtudes siguen ahí y el disfrute es como mínimo el mismo, y diría que más. La edición del dvd es estupenda y desde aquí se la recomiendo. Incluye unas cuantas escenas y diálogos que no estaban en la versión estrenada en cines. Algunas las había encontrado a faltar en su momento, como la huida de la armeria, que era como muy brusca (ahora se explica), o la entrada en el centro comercial. Otras agrgan detalles a los personajes o incrementan el volumen de sangre. Para más detalles sobre las escenas añadidas lo mejor es que se dirijan a otro blog indispensable, el de adultolescente, dado que en los coments de su reseña del dvd ha detallado las nuevas escenas según el audiocomentario del director. Yo sólo puedo decir que algunos de los añadidos realzan el carácter súmamente gamberro del filme: la confesión gay del organista, la extensión del discurso del iluminado telepredicador.
Respecto a los extras, los referidos a efectos de maquillaje son estupendos: El despertar de los muertos describe muy bien las complejidades de tener un montón de muertos por maquillar y lo divertido que tiene que ser ser zombi en una peli: uno de mis sueños pajeros por excelencia; El ataque de los muertos vivientes presenta el trabajo para con seis de los resucitados más destacables del filme (el zombi manco, la gorda) y Terribles dolores de cabeza: Anatomía de las cabezas que explotan tiene un título lo suficientemente explícito para que yo no tenga nada que decir al respecto.
Hay dos extras más a los que tenía ganas pero que me han decepcionado un poco. Uno es La cinta perdida: La revelación de los últimos días de Andy, en el que el genial armero relata a la cámara alguna de sus impresiones desde su encierro. Me ha parecido algo pobre y sobreactuado. Casi hasta diría que le hace un flaco favor al personaje. Bastante mejor está Boletín especial: ¡Interrumpimos este programa! que introduce los especiales informativos que aparecen en la película (muy importante la relación del filme con la tv, como ya pasaba en el original Zombie de Romero) en el marco de un boletín informativo más amplio. Mi decepción viene porque pensaba que ambos eran descartes de la película y no, están hechos en su mayor parte expresamente para el dvd. Y se nota.
Además del audiocomentario subtitulado (menos mal) el dvd se completa con un extra de escenas eliminadas comentadas por el director y del trailer de Shaun of the dead, comedia británica que, la verdad, tiene pinta de ser la mar de divertida. Pero, joder, que buena es Amanecer de los muertos.
12.9.04
IDENTIDADES CONFUSAS
Debo reconocer que al principio no di demasiada relevancia a Peter Milligan. Uno más de los interesantes guionistas británicos que empezaron a salir como setas a mediados de los 80. Compré y leí Skreemer cuando lo editó Zinco. Seguramente lo leí mal y creo que ya toca una relectura: no recuerdo casi nada. Sus primeros trabajos para Marvel tampoco me motivaron demasiado, más bien al contrario: cosas de mutantes en pleno hastío y una Elektra sobre la que es mejor correr la tela del olvido. El desembarco de las colecciones del sello Vertigo también me despistó. Shade The Changing Man, The Minx o Girl quedaban sepultadas por los Predicadores y los Sandman. Cosa lógica, por otro lado. Y sólo recuerdo con verdadero agrado Los Carnívoros (una familia de caníbales, eso siempre me gusta) y su colaboración con la Tank Girl de Jamie Hewlett (La Odisea es lo mejor del personaje, poniendo orden al caos sin perder actitud).
Ha sido ahora que me he dado cuenta de que el británico es un gran guionista. The Extremist me hizo ver la luz con su ambiente malsano, sus juegos sadomasoquistas y sus identidades confusas. Su Fuerza-X / X-Statix me ha hecho disfrutar a la larga (al principio no le encontraba el tono pero luego me ha encantado) con su actitud gamberra y su modernidad; y la relectura de la primera limited de Blanco Humano, con dibujos del fallecido Edvin Biukovic, seguida de su secuela, la novela gráfica Montaje Final me descubren lo muy interesante de su obra. De hecho, es ésta última la que me impulsa a escribir este post.
Christopher Chance es El blanco Humano, the Human Target, un olvidado personaje que protagonizó algunas historias de complemento en los tebeos de Superman de los primeros 70. La primera realizada por Len Wein, Carmine Infantino y Dick Giordano en el Action Comics 419. Un mercenario al que se contrataba para suplantar a alguien que iba a ser asesinado. Un superviviente y un maestro del disfraz. Pese a su corta existencia llegó a disfrutar, al parecer, de una corta seria de televisión para caer luego en el olvido. Desconozco qué tal estaban las historias originales pero está claro que Milligan encontró al personaje lo suficientemente interesante para recuperarlo dentro de un sello Vertigo muy dado a estos rescates. Un hombre que suplanta identidades puede dar mucho juego, y más si se le describe como un tipo plano, vacio, alguien cuya vida real no existe, alguien que se implica en su papel, que se confunde, que ya no sabe quién es realmente. Eso quedaba claro en la primera serie limitada (publicada por Norma en verano del 2000).
Montaje Final, la novela gráfica que vino después (y que aquí se ha editado hace unos meses), daba un paso más. Ahora la persona a suplantar es alguien que él mismo ha asesinado, Chance anda más perdido que nunca y la historia transcurre en ese Hollywood oscuro y perverso que tan bien describen Kenneth Anger en sus Hollywood Babilonia o James Ellroy en La dalia negra. Como plus a una buena historia que desde aquí les recomiendo (pese a sus evidentes vínculos con la primera serie: se disfruta mejor si se ha leído ésta) está el dibujo del español Javier Pulido. De lo mejor que hemos exportado a los USA y que sabiamente combina a Kirby, Romita Sr., Mazzucheli o a los Hernandez Bros. para conseguir un estilo propio que promete años de disfrute gráfico.
De Milligan acaba de aparecer ahora Vertigo Pop! London. Los comentarios que he leído la dejan muy bien. No lo dudo, con un nombre así y viniendo de quien viene seguro que merece la pena. No voy a tardar en comprarla, de hecho. Y mientras me prometo un hueco entre novedades para recuperar todos esos títulos de Milligan que mi memoria ha borrado sin criterio.
10.9.04
Una del Oeste con peperoni grasiento
Esta tarde he estado mirando un espagueti western (o eurowestern que las llaman ahora): El Clan de los ahorcados, protagonizada ni más ni menos que por Terence Hill, uno de los iconos del cine casposo. Les recuerdo a ustedes que yo diferencio entre cine caspa y cine basura (o trash, o bis o de derribo). Disfruto con el segundo pero no puedo con el primero. El espagueti sería, con matices, de derribo y no casposo. Es pop en el sentido más puro del término: popular, para el populacho. Cine pulp de bajo presupuesto y de consumo inmediato en los añejos cines de barrio. Además, ésta entra de lleno en lo que es la edad dorada del subgénero.
La verdad es que me ha gustado, con sus peros. Es una de las muchas películas del personaje Django. Las hay oficiales y las hay que ni siquiera eran de Django pero las titulaban así dado el éxito de la primera entrega. Entre unas y otras debe haber como cuarenta. A mí la primera me gusta mucho. Es una película del oeste pero a ratos es muy siniestra y parece rodada como si fuera una de terror italiano. Esta peculiaridad aparece en muy menor medida y más difuso (más por detalles de guión que por caligrafía visual) en esta precuela no oficial. Hablo de precuela porque desvelaría un pasado del personaje, uno de los muchos que debe haber por ahí.
Toda la parte central de la peli es bastante rutinaria. Cómo no, la clásica historia de venganza. Pero la primera media hora tiene gracia, y también el final. Les desvelaré un pequeño detalle del argumento, pero vamos, algo que se descubre a la media hora, no el final (que por otro lado es el típico, claro). A Django le mataron la familia y salvó la vida por casualidad. El culpable es ahora un gobernador muy malvado protegido por una nutrida banda de pérfidos secuaces. Inculpan a pobres granjeros inocentes de crímenes que no han cometido, los ahorcan y se apropian de sus tierras, propiedades, etc. Pero Django, al que en ningún momento llaman así o de otra manera, trabaja de verdugo. Y hace trampas. Pone un arnés en las víctimas, les dice que se hagan el muerto y por la noche los descuelga y los lleva a un lugar seguro. Y poco a poco reune un ejército. Es, a la práctica, un ejército de fantasmas, una banda de muertos vivientes resucitados que regresarán a cobrar justa venganza. Todo esto en la primera media hora. Luego la cosa se malcomplica y pierde fuelle, entre zooms e inconsistencias argumentales, hasta un duelo final que tiene lugar, como no puede ser de otra manera en una peli de Django, en un cementerio.
Les dije que en ningún momento dicen que sea Django. ¿Porqué le atribuyen protagonismo al personaje? Conexiones sepulcrales a parte (fantasmas, pinta de sepulturero, su trabajo de verdugo, duelos en cementerios) porque sólo Django guarda una metralleta en un ataud. Así de claro. Es como el martillo de Thor o la pipa de Holmes, una señal identitaria. Mario Girotti (alias Terence Hill) sale jovencito, antes de hacer el burro con su amigo Spencer. Le acompañan uno que siempre hacía de villano malnacido por culpa de sus ojos de color verde hijo de puta (Horst Franks) y otro que luego hizo emanuelles falsas y pelis de gore italiano, ese tan bonito y lleno de buenas intenciones (George Eastman). Los títulos de crédito son muy chulos, como siempre en los eurowesterns, y también la banda sonora, muy a lo Morricone (como no podía ser de otra manera) con el tema central cantado por Nicola de Bari. No es un clásico del subgénero pero está por encima de la media (cosa nada difícil: se hicieron muchas y muy malas) y es bastante entretenida. Con su asalto a la diligencia, su violencia, su look adusto y sucio, su parquedad expositiva, sus zooms y su bodycount generoso.
9.9.04
Mi Cuñado, La Muerte y los SMS
Ayer recibí un mensaje en el móvil de mi cuñado: "Matías Prats Senior is dead". Todo empezó en julio del 2003, cuando, al enterarme de la muerte de Barry White le envié un mensaje. "Barry White is dead" le decía. Llamó para preguntar si era cierto y que le daba mucha pena. A partir de ese momento empezó un bonito juego necrófilo con el que llevamos compitiendo más de un año. Las muertes de Marlon Brando, Luis Ciges, Sacha Distel, Carmen Ordóñez, Elmer Bernstein y tantos otros han ido circulando entre su móvil y el mío, en un juego que ya les digo que es apasionante. No hemos dejado escapar ni uno. Durante un tiempo tuve a mi cuñado, el señor Spaulding, contra las cuerdas. Me adelantaba con todos. Quizá él estuviera un poco disperso. Ahora las cosas han vuelto a su cauce. Absencito nos tiene ocupados y él se aprovecha de cierta desconexión con la actualidad. Desde aquí les animo a que se busquen un contrincante. Verán como disfrutan con este sencillo entretenimiento. Yo me largo a la playa hasta el domingo con la esperanza de que se muera Kirk Douglas y yo me entere antes.
8.9.04
Músicas que me la ponen dura (II)
Ultra-Lounge es una colección editada por la homónima discográfica. Podría decir que todos los disco que sacan merecen la pena. No es del todo cierto porque no todos los volúmenes de la serie me producen el mismo disfrute. Eso sí, garantizan exquisitas y cuidadas ediciones que recuperan y seleccionan temas que lo merecen. Cada una de las entregas está dedicada a de las diferentes vertientes del lounge, space-age pop o como diablos quieran llamarle. De hecho, en muchas ocasiones rebasan el ámbito estrictamente ascensoril que le da nombre (aunque el ultra, quizás, esté por eso).
Todo este rollo viene por lo mucho que me gusta el volumen 5, bien llamado Wild Cool & Swingin , una apabullante selección de temas al más genuino estilo Las Vegas, con su orquestra, su epicidad rítmica y su crooner bien vestido. Del magnífico Bobby Darin (sus tres temas son de lo mejor del disco) al Fever de Peggy Lee, pasando por miembros del bratpack como Sammy Davis Jr. o Dean Martin (impresionante el Ain't That A Kick In The Head inicial, luego también se marca un Volare, aunque con este tema en concreto yo siempre me quedaré con la versión de Alex Chilton.) El disco tuvo una secuela, el volumen 15 Wild Cool & Swingin' Too, que también merece la pena.
¡Qué grande es el swing recio! Una música indispensable para sentirse por encima de todo y de todos, para afrontar el día con la chulería necesaria. El swing es a la música popular lo que Grupo salvaje al western o Doce del Patíbulo al cine bélico: indispensable.
Grandes lenguas radioactivas
En mi lento (pero seguro) linkismo indispensable le ha llegado el turno a unos de los mejores blogs del amor existentes, que crea adicción y sana envidia. Les hablo de Lametones de amor, una maravilla realizada para todos ustedes por Amanda Gamera y Casimiro Godzilla. De lindo diseño y creativo desenfreno, aún lo son más sus contenidos: certeros análisis de la mierda que comemos y que, por tanto, semos (huevos kinder, starbucks, galletas saladas), acertados esbozos de prohombres a tener en cuenta en este nuevo siglo como Ramón García, Marichalar o el grupo Teenesse y critica mordaz de las ultimísimas tendencias modernistas (la moda brasileña o el nudismo urbano son las más recientes).
Casimiro y Amanda dan mucha envidia porque son guapos y felices y viven ajenos a las modas pasajeras (que no pajeras) y me dan mucha rabia porque de manera aleatoria tienen un cartel de películas de monstruos gigantes en su blog. A mi eso me da mucha envidia, insisto, pero sana, al fin y al cabo yo me crie en el cine con Godzilla, del que soy fan fatal. Si te gusta Godzilla es que eres mejor persona. Los lametones lo son.
Casimiro y Amanda dan mucha envidia porque son guapos y felices y viven ajenos a las modas pasajeras (que no pajeras) y me dan mucha rabia porque de manera aleatoria tienen un cartel de películas de monstruos gigantes en su blog. A mi eso me da mucha envidia, insisto, pero sana, al fin y al cabo yo me crie en el cine con Godzilla, del que soy fan fatal. Si te gusta Godzilla es que eres mejor persona. Los lametones lo son.
7.9.04
versarios
Hoy absencito cumple tres meses de su llegada a este mundo. Y no vean ustedes como se ha puesto el machote en peso, tamaño y vitalidad. Participa de nuestras conversaciones con sus siempre inteligentes balbuceos, disfruta con su Osito Tito, ha empezado a zamparse, por las mañanas, unos impresionantes biberones de 200 cl’s, no pierde de vista la tele (el otro día se cabreó porque había terminado el episodio de los Thunderbirds) y desde hace ya dos meses que duerme siete horas seguidas en su habitación. Todo un campeón.
También hoy se celebra el tercer aniversario de la boda ausente que nos unió a doña absenta y a mí. Ya llevábamos unos cuantos años de amancebamiento y, a qué engañarles, nos casamos para tener 15 días más de vacaciones y recaudar fondos para irnos de viaje al otro lado del Atlántico. La boda salió la mar de bien, por lo civil, en un palacio modernista. Prohibimos la marcha nupcial siendo ésta siempre sustituida por el tema principal de Star Wars y la melodía que acompañó la colocación de los respectivos anillos (nada usuales) fue el Where is my mind de los Pixies. Luego, tras un par de días de descanso playero, un avión y para Nueva Orleans. Aterrizamos en la ciudad el 10 de septiembre y al día siguiente pasaba lo que pasaba. Toda una experiencia despertarse el primer día y, donut en mano, a las ocho de la mañana hora local, ver por la tele del hotel La caída de las torres. El 14 de septiembre, de hecho, nos fuimos para Nueva York e intentamos colarnos sin éxito en la zona cero para coger alguna piedra de recuerdo. En nuestras retinas quedará siempre la visión de Manhattan desde el avión, con una impresionante columna de humo que de allí manaba pese a que ya habían pasado tres días del America Under Attack.
Con tantas cosas por celebrar, la familia ausente se ha ido a la parada de comida coreana de la Boqueria para comprar deliciosas viandas take away: pollo Wang Yu, fideos Lo Lieh y tortillas Carter Wong.
Maintainig my blog (III)
Parece que la gestión de los comments ya está solucionada. Se han quedado por el camino los comentarios anteriores al paso a Holoscan. Imagina que deben estar en algún oculto rincón de blogger. Mi intención es recuperarlos y añadirlos de alguna manera. En muchos de ellos se completaban y matizaban mis veloces post siempre sujetos al error y me sabe muy mal que se queden por ahí, perdidos en el limbo. Eso sí, la agilidad del nuevo sistema es patente.
Como ven, también he jugado a postear una foto con el hello. Un impresionante documento gráfico no apto para espíritus sensibles que encontrarán más abajo. De todas formas, voy a seguir la tónica poco visual de este blog. Pondré, de momento, poca imágenes. Y es que no tengo tiempo para todo.
Como ven, también he jugado a postear una foto con el hello. Un impresionante documento gráfico no apto para espíritus sensibles que encontrarán más abajo. De todas formas, voy a seguir la tónica poco visual de este blog. Pondré, de momento, poca imágenes. Y es que no tengo tiempo para todo.
6.9.04
"TODO TATÍ ES SOBERBIO"
La frase la dijo alguien en la Lista de Mondo Brutto y es inapelable. Y dentro de lo soberbio de la obra de Jacques Tatí, Las vacaciones de Monsieur Hulot aún lo es más. Cuando Doña absenta y yo recorríamos los últimos deuvedés llegados al hogar ausente, por una vez coincidimos. Ambos queríamos ver una de Tatí y nos decantamos por el primer largometraje protagonizado por el indispensable Hulot, una maravilla de comedia.
Casi sin diálogos, que de hecho los hay pero son intrascendentes, ninguno de los que comparten lugar vacacional con nuestro héroe tiene nada interesante que decir y sus voces acaban siendo uno más de los muchos sonidos que envuelven la película, como el muelle de la puerta del comedor del hotel o las explosiones que produce el destartalado automóvil del personaje principal. Ese coche me recordó al famoso Ford T del gran Gaston el Gafe de Franquin del mismo modo que veo en M. Hulot algo de tintiniano. Es como si la línea clara de la escuela franco-belga tuviera un vínculo silente con Tatí. Es posible que sea por la extremada elegancia del cineasta, de la pulcritud de su puesta en escena y, claro, del carácter francófono. Tatí también es lounge, con esa espléndida melodía que recorre todo el metraje y que desgraciadamente se convirtió en carne de cine-club.
El humor de este irrepetible realizador aparenta amabilidad en primera instancia. Y así es. Pero también se ríe de una sociedad feliz que ve enturbiado su aburrido devenir por la presencia de Monsieur Hulot, que pese a su educación y caballerosidad no es sino una involuntaria fuerza del caos. Su compleja relación con lo cotidiano rompe la armonía del lugar. Con él presente no hay silencio, pese a que él no habla. Es Hulot quien hace imposible jugar al tenis o ir de picnic y es Hulot el único que despierta el interés de la joven más bella. Hasta el pretendiente marxista de ésta esta pintado con los mismos estigmas del aborregamiento que los burgueses que le rodean.
Ya lo dijo alguien: “Todo Tatí es soberbio”.
Casi sin diálogos, que de hecho los hay pero son intrascendentes, ninguno de los que comparten lugar vacacional con nuestro héroe tiene nada interesante que decir y sus voces acaban siendo uno más de los muchos sonidos que envuelven la película, como el muelle de la puerta del comedor del hotel o las explosiones que produce el destartalado automóvil del personaje principal. Ese coche me recordó al famoso Ford T del gran Gaston el Gafe de Franquin del mismo modo que veo en M. Hulot algo de tintiniano. Es como si la línea clara de la escuela franco-belga tuviera un vínculo silente con Tatí. Es posible que sea por la extremada elegancia del cineasta, de la pulcritud de su puesta en escena y, claro, del carácter francófono. Tatí también es lounge, con esa espléndida melodía que recorre todo el metraje y que desgraciadamente se convirtió en carne de cine-club.
El humor de este irrepetible realizador aparenta amabilidad en primera instancia. Y así es. Pero también se ríe de una sociedad feliz que ve enturbiado su aburrido devenir por la presencia de Monsieur Hulot, que pese a su educación y caballerosidad no es sino una involuntaria fuerza del caos. Su compleja relación con lo cotidiano rompe la armonía del lugar. Con él presente no hay silencio, pese a que él no habla. Es Hulot quien hace imposible jugar al tenis o ir de picnic y es Hulot el único que despierta el interés de la joven más bella. Hasta el pretendiente marxista de ésta esta pintado con los mismos estigmas del aborregamiento que los burgueses que le rodean.
Ya lo dijo alguien: “Todo Tatí es soberbio”.
Visualizando molestias
THE CURSE OF GUADALIX
La familia ausente es adicta a Gran Hermano. Desde el primer año. No nos pregunten la razón pero lo cierto es que acostumbramos a disfrutar bastante con el denostado concurso. Quizá nos permite contemplar una serie de gentes que en nuestro devenir social no llegamos ni llegaremos a conocer jamás. Tan sólo los intuimos en nuestros paseos diarios. Ayer se inició la sexta entrega y la verdad es que algunos de los cscogidos para la gloria dejan bien claro porque disfrutamos con el programa de marras.
- Una ex-legionaria que llora al recordar su estancia en el tercio y que da muestras de un españolismo a prueba de bombas. Ardo en deseos de conocer a su novio tunero.
- Un chaparro asturiano que se parece a Angel Cristo y que, atención, cambio su sexo. Antes se llamaba Niocolasa
- El favorito de Vico, un metrosexual canario y del Atlético de Madrid que se mira el culo en los espejos.
- Una asturiana de Benidorm que dice ser francesa glamourosa mientras exclama "¿Qué yesto?" y "Tiémblenme les pates!"
- Un gitano pijo que trabaja de relaciones públicas, uno de los oficios más odiados por la familia ausente.
- Juan José Mateo Rocamora, taxista alicantino que viste de Versace.
- Un futuro De La Rosa, un joven asesor financiero catalán especializado en grandes patrimonios ajenos. Yo no me dejaría asesorar por él ni jarto de necia.
- Un munipa de Logroño. Si eso no fuera poco le acompañan dos ex amantes. O mejor una, porque la otra, que prometía furia salmantina y mal humor en giant size, se piró nada más comenzar al comprobar el percal.
- Un par de catalanas (una es una belleza playera y la otra una gordita solterona a la que sus amigos llaman Campanilla) y una galleguiña adolescente.
En fin, bienvenidos al espectáculo. La comunidad pajera andaba muy exultante porque un pajero virtual había anunciado su presencia. Se trataba de un fake que quien esto escribe se creyó. No me disgusta. Revela una cierta inocencia por mi parte.
- Una ex-legionaria que llora al recordar su estancia en el tercio y que da muestras de un españolismo a prueba de bombas. Ardo en deseos de conocer a su novio tunero.
- Un chaparro asturiano que se parece a Angel Cristo y que, atención, cambio su sexo. Antes se llamaba Niocolasa
- El favorito de Vico, un metrosexual canario y del Atlético de Madrid que se mira el culo en los espejos.
- Una asturiana de Benidorm que dice ser francesa glamourosa mientras exclama "¿Qué yesto?" y "Tiémblenme les pates!"
- Un gitano pijo que trabaja de relaciones públicas, uno de los oficios más odiados por la familia ausente.
- Juan José Mateo Rocamora, taxista alicantino que viste de Versace.
- Un futuro De La Rosa, un joven asesor financiero catalán especializado en grandes patrimonios ajenos. Yo no me dejaría asesorar por él ni jarto de necia.
- Un munipa de Logroño. Si eso no fuera poco le acompañan dos ex amantes. O mejor una, porque la otra, que prometía furia salmantina y mal humor en giant size, se piró nada más comenzar al comprobar el percal.
- Un par de catalanas (una es una belleza playera y la otra una gordita solterona a la que sus amigos llaman Campanilla) y una galleguiña adolescente.
En fin, bienvenidos al espectáculo. La comunidad pajera andaba muy exultante porque un pajero virtual había anunciado su presencia. Se trataba de un fake que quien esto escribe se creyó. No me disgusta. Revela una cierta inocencia por mi parte.